Yolanda Díaz, vicepresidenta segunda y ministra de Trabajo, ha generado controversia con sus recientes declaraciones sobre el empleo nocturno en España. En una entrevista, Díaz afirmó que trabajar en horario nocturno conlleva riesgos para la salud y defendió que, por lo tanto, debe pagarse mejor.
El anuncio populista de la ministra surgió a partir de una crítica hacia la presidenta de la Comunidad de Madrid, Isabel Díaz Ayuso, por “frivolizar” con el tema del horario del cierre de la hostelería. Ayuso había publicado en redes sociales: “Nos quieren puritanos, materialistas, socialistas, sin alma, sin luz y sin restaurantes porque les da la gana. Aburridos y en casa” . En respuesta, Yolanda Díaz recordó que a partir de las 10 de la noche, las jornadas son nocturnas y, por tanto, tienen ciertos riesgos, incluyendo la salud mental. Además, subrayó que el horario laboral posterior a las 22:00 horas debe ser retribuido de manera diferente.
La polémica se ha extendido al sector de la seguridad pública. Miles de agentes de las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad “trabajan gratis” en horario nocturno desde hace años. Los turnos de 24 horas obligan a cubrir un servicio necesario para la ciudadanía e implica la imposibilidad de reducción de jornada. Igualmente, miles de vigilantes de seguridad desempeñan sus funciones en horario nocturno cobrando retribuciones irrisorias por desempeñar sus funciones de noche.
Yolanda Díaz insiste en que el empleo nocturno debe considerar los riesgos para la salud de los trabajadores y aboga por respetar los derechos laborales. Sin embargo, la ministra sigue sin hacer ninguna declaración al respecto del aumento de las nóminas de los agentes o de como cobrar más por trabajar noches. También obvia hablar de la desigualdad salarial entre agentes de las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad repartidos por todo el territorio español haciendo el mismo trabajo pero cobrando diferente. La discusión sigue abierta, y la ministra busca un equilibrio entre la vida nocturna y la protección de los trabajadores mientras que miles de ciudadanos consideran estas declaraciones otra obra de demagogia y populismo más cerca de un mundo de unicornios, piruletas de sabores y nubles de colores que la más pura realidad.