¿62 fallecidos no son suficientes para hacer justicia? ¿Cuántos más hacen falta?
Ya hice mención a nuestros 62 hermanos de armas en otro artículo, pero acercándose el 16 aniversario del fatídico accidente me gustaría adentrarme un poco más en todo lo acontecido aquel 25 de Mayo de 2003.
Este que suscribe se encontraba de misión internacional en Bosnia Herzegovina, como miembro de la V Compañía de la Bandera Roger de Flor 1ª de la Brigada Paracaidista Almogávares VI con la agrupación SPGTXX. Fue duro para nosotros enterarnos de semejante tragedia encontrándonos de misión internacional, y más duro si cabe, explicar a nuestras familias que nosotros también volveríamos a casa en avión, 1802 kilómetros en línea recta nos separaban de nuestras casas, en esta familia que es la milicia de una manera u otra todos terminamos conociéndonos, en mi caso esta vez para una mala noticia, conocía a uno de los fallecidos.
Fue Pablo Romero quien contaba como 62 militares españoles que provenían de Kabul, se disponían a emprender su vuelta a España al finalizar una misión internacional de 4 meses en Afganistán y Kazajistán, 4 meses lejos de sus familias y posicionando una vez más a nuestra enseña nacional al más alto nivel, pero el viaje termino antes de lo previsto, el Yakolev 42 de fabricación rusa y subcontratado, que dejaba bastante que desear su estado como así rebelaron más tarde fotografías se estrelló en Trebisonda, Turquía.
La velocidad con la que actuó el Ministerio de Defensa no hizo más que el protocolo que se estaba siguiendo hiciera aguas por todos sitios, dejando flecos sueltos que hicieron sospechar a los familiares de nuestros hermanos que algo ocurría. Desde la activación del equipo formado por la Guardia Civil para las tareas de reconocimiento de cadáveres, y su posterior desactivación en cuestión de horas, pasando por la falta de rigurosidad en la identificación de los cuerpos y sumando a todo que la mayoría de las preguntas de las familias no eran contestadas, estaba claro que el escandalo no tardaría en explotar de una manera u otra.
El Ministerio de Defensa no dispone de médicos forenses propios, ni en aquellas fechas ni a día de hoy, así que allí acudió un equipo capitaneado por el General de Sanidad y “cardiólogo” Vicente Navarro, más tarde principal acusado en el juicio celebrado en la Audiencia Nacional, él mismo llego a afirmar en el juicio y cito textualmente, “las familias pueden estar tranquilas que estamos usando toda la tecnología y estamos usando todos los medios para una perfecta identificación de los seres queridos”.
Nada más lejos de la realidad cuando 30 de estos cuerpos no fueron identificados correctamente pero si repatriados rápidamente, tan rápido que los funerales de Estado se fijaron al día siguiente, concretamente el 28 de Mayo a las 18:00 en la Base Aérea de Torrejón de Ardoz.
Sin ser forense, sin ser médico, sin ser ni tan siquiera sanitario, pero estando seguro de que esta acción concreta yo mismo sería capaz de hacerla bien, incluso me atrevería a decir que mi hijo de 6 años lo haría, firmemente puedo decir que aun siendo Cabo temporal especialista en electrónica de armamento y material se diferenciar una bota del número 43 y otra del 45, botas entregadas en una misma bolsa junto a su féretro, cosa que a nuestro General de Sanidad que a pesar de ser cardiólogo y no forense podríamos decir que no le preocupo bastante o que ese tema no lo “había estudiado”.
Cualquier persona con un poco de sentido común sabe que mediante el ADN se pueden reconocer restos humanos, y no necesariamente mediante las placas metálicas de identificación o de las galletas del uniforme donde llevamos nuestros nombres bordados como así explicaban que se hizo a unas familias que ya de por si desconfiaban bastante del protocolo utilizado por el Ministerio de Defensa, permitirme que vuelva al párrafo anterior y añada que no hace falta ser el CSI “Gil Grissom” para diferenciar dos botas con distinto número.
Uno de los problemas que se encontró el Ministerio de Defensa fue pensar que estaba tratando con los silenciados Soldados a los que está acostumbrado a callar mediante el discurso del miedo o de la represalia en sus quehaceres diarios pensando que todavía somos aquellos soldados de reemplazo a los que utilizar a su antojo, pero no fue así, se encontró con unas familias que no tenían por qué callar, llegando incluso a bajar Televisión Española el volumen de los micrófonos en el Funeral de Estado para que no se escucharan los gritos de los familiares increpando a un Ministerio de Defensa que comenzaba a ser desenmascarado.
El 15 de Octubre y gracias al Villareal Club de Futbol, que jugaba un partido contra el Trabzonspor, equipo local de la ciudad turca, las familias viajaron a Trebisonda, pero el bonito homenaje allí realizado promovido por las autoridades turcas y por el consejo de administración del club a los soldados caídos no fue capaz de tapar otro lamentable descubrimiento más acerca del caso. Algunas de aquellas chapas identificativas que el Ministerio de Defensa decía haber utilizado para reconocer a nuestros compañeros estaban en posesión de un Imán turco que él mismo había encontrado en el lugar del siniestro. Francisco Javier Jiménez Ugarte, del que hablaremos más adelante, llego incluso a escribir una carta al Imán recriminándole el haber enseñado estas pruebas a las familias en lugar de habérselas entregado al Gobierno de España. Mientras Francisco Cardona, padre de una de las victimas veía con sus propios ojos los distintivos militares que portamos en misiones internacionales, todas estas pruebas parecían no ser suficientes para llevar a juicio el caso, al menos para la jueza Palacios quien en Octubre del mismo año las rechazaría.
200 días después del fatídico accidente los familiares de las victimas deciden manifestarse viendo claramente que nadie quiere hacer frente a la verdad, verdad ocultada una vez más por la opacidad del Ministerio de Defensa, demostrando así un total falta de humildad al no declararse en parte culpables, y hacer pagar de algún modo a los responsables de la tragedia.
¿Por qué razón el Ministerio de Defensa intentaba negar que existieran pruebas que a día de hoy todavía se conservan en la ciudad turca?
¿Por qué la cúpula del Ministerio de Defensa no permitió terminar los trabajos?
Esas preguntas que ahora nos hacemos algunos ya se las hacía Bullent Sam, máximo responsable turco de las autopsias sobre el terreno, el forense tampoco fue citado a declarar a pesar de figurar su firma en el acta forense. En declaraciones del forense a la cadena española Cuatro vuelve a aparecer el nombre de Jiménez Ugarte instándole a que se declararan culpables de los errores cometidos en la identificación de cadáveres, cosa a la que obviamente se negaron.
Gracias al tesón de familiares como Carlos Ripollés, portavoz de la Asociación de Víctimas del YAK42, poniendo contra las cuerdas tanto a la Cúpula Militar como a jueces de la Audiencia Nacional, y gracias a que la prensa publicara el 15 de Abril de 2009 el acta de los forenses turcos donde se ratificaba que los cadáveres de 30 de nuestros compañeros viajaron a España sin identificar, acta firmada por el fallecido General Navarro, y por el Teniente General D. José Antonio Beltrán, al final estas pruebas son admitidas a trámite por el presidente del tribunal Javier Gómez Bermúdez, pruebas que desde el primer día el Ministerio de Defensa negó su existencia en mayo de 2003. Pruebas tan claras como anillos con el nombre de la esposa de uno de los fallecidos el equipo médico español no fue capaz de revisar para corroborar a quien estaban identificando, aunque visto lo visto, está claro que esto último no era la prioridad.
Hasta donde llega la mala praxis del por aquel entonces Gobierno del Partido Popular que enviaron a Turquía al citado anteriormente Francisco Javier Jiménez Ugarte a intentar anular la entrega del acta, cosa que no consiguió, pero en reconocimiento a su intento este fue recompensado con la friolera de 120000 euros de sueldo por un puesto en una embajada, así nuestros gobernantes se premian entre ellos. Como pueden ustedes leer no solo el exministro Trillo fue “premiado” con un puesto en otra embajada, seis años después de la tragedia y en ningún momento de toda la duración del juicio, y sin que resultara una sorpresa para nadie, a este último ni se le llamó a declarar.
Amparo Gil, madre de una de las victimas junto a todos los demás familiares tenían claro que no podían dejar que esto pasara como un barco de papel en un rio frente a la impunidad de los responsables de la nula gestión ante semejante desgracia. Ellos murieron como héroes y los han tratado como perros se escuchaba en la Audiencia Nacional.
Sin haber terminado las labores de reconocimiento de cadáveres, o incluso ahora podemos decir claramente sin ni siquiera haberlas comenzado. ya se organizaba el funeral de estado la tarde del 27 de Mayo de 2003, así lo declaraba Luis Alejandre, quien fuera General Jefe del Ejército de Tierra del Ministro Trillo en la Audiencia Nacional, si lectores, la misma tarde que Trillo volvía a España y tan solo dos días después de la tragedia. La decisión final acerca de la fecha del funeral de estado y de que este fuera conjunto y en la Base Aérea de Torrejón según Alejandre fue tomada por la Casa Real, el solo podía opinar al respecto, pero declaró que esa decisión no era de su competencia, me gustaría saber a mí que competencia era la suya para que 16 años después sigamos igual.
¿Son dos días suficientes para el reconocimiento forense de 62 cuerpos?
Mustafá Gündüf, forense turco encargado de esta misión tenía claro que no, y así fue realmente, 24 horas después del accidente 30 de estos cuerpos volaban a territorio nacional sin estar identificados. A pesar de que el medico turco pensara que esta labor finalizaría en España no ocurrió así, la realidad una vez más difiere de lo que debería de haber ocurrido. Si el fiscal turco Tufan Yoban hubiera sabido que a pesar de estar escrito en un documento que el Gobierno Español se haría cargo de que los reconocimientos que no había dado tiempo a realizarse en zona se realizarían en España, cosa que no se hizo, él se hubiera negado a la repatriación “exprés” practicada por nuestro Ministerio.
Se enterraron a las víctimas de noche, manteniendo cementerios abiertos hasta altas horas de la madrugada en lugar de realizarse todas las autopsias en territorio nacional como se dijo que se haría.
Es en el juicio donde ni siquiera entre Generales se ponen de acuerdo, ya que el General Navarro aseguró no haber hablado de identificación de cadáveres, mientras que el por aquel entonces General del Estado Mayor de la Defensa Félix Sanz Roldan declaraba que su compañero había propuesto no entregar aun los cadáveres no identificados.
¿Por qué se juzga solo los a los que recibieron las órdenes y no a los que las dieron? Es una de las cuestiones que muchos nos hacemos y que Curra Ripollés declaraba darle vergüenza, ya que Leopoldo Torres como abogado de las victimas pidió en expreso que Federico Trillo o José María Aznar declararan como responsables de la cadena de errores, petición que fue desestimada, no se nos olvide que este último recibe una pensión vitalicia por su paso como Presidente del Gobierno.
Pruebas ocultadas, ministros reprobados, políticos que sin haber dimitido siquiera encima fueron recompensados con puestos más que bien remunerados en embajadas, militares condecorados, cementerios abiertos de noche, familiares que velaron cuerpos que no eran ni sus hijos ni sus maridos ni sus amigos. 16 años después y con seguro que imperfecciones y errores, por los cuales pido disculpas, quiero dejar claro que hoy mediante este modesto trabajo de investigación y que mediante este articulo mi única intención es rendir homenaje a mis 62 hermanos de armas a los cuales su país todavía no ha sido capaz de hacerlo como se merecen realmente.
Tomare prestada una frase a Rosa Royo, madre de una de las víctimas, que decía “por ellos hay que luchar”, y escribiendo ahora “todos íbamos en el Yak”, frase que decíamos por aquel entonces todos nosotros, solo me queda nombrar a todos y cada uno de los 62, a día de hoy presentes en mi memoria y en la de todos los Soldados Españoles, y que honraremos de nuevo en este 16 aniversario de aquel contratado con poca ética Vuelo YAK42, cosa que por favor pediría que no hiciera este Ministerio de Defensa claramente irresponsable a la hora de tratarnos como merecemos tanto a los Soldados como a nuestras familias.
José Ramón Solar Ferro. José Antonio Fernández Martínez. Fco. Javier García Gimeno. Antonio Novo Ferreiro. Felipe Antonio Perla Muedra. José Manuel Ripollés Barros. Manuel Gómez Ginerés. Ignacio González Castilla. Santiago Gracia Royo. Juan Ignacio López de Borbón. José María Muñoz Damián. Jesús Mariano Piñán del Blanco. David Arribas Cristóbal. Antonio Cebrecos Ruiz. David Gil Fresnillo. Mario González Vicente. Sergio Maldonado Franco. David Paños Saa. Joaquín Enrique Álvarez Vega. Godofredo López Cristóbal. César Barciela González. Juan José Bonel Suárez. Francisco Javier Cobas Ligero. Miguel Ángel Díaz Caballero. Emilio Gonzalo López. Juan Carlos Jiménez Sánchez. Francisco Moro Aller José Ignacio Pacho González. José Manuel Pazos Vidal. Eduardo Rodríguez Alonso. Pedro Rodríguez Álvarez. Blas Aguilar Ortega. Miguel Ángel Algaba García. Francisco de Alarcón García. Francisco Javier Hernández Sánchez. Sergio López Saz. Iñigo Maldonado Franco. Rafael Martínez Mico. José Luis Moreno Murcia. Alberto Antonio Mustienes Luesma. Ismael Hipólito Lor Vicente. José Manuel Sencianes López. Juan Antonio Tornero Ródenas. Francisco Cardona Gil. David González Paredes. Eduardo Hernández Mañez. Juan Ramón Maneiro Cruz. Juan Jesús Nieto Mesa. José Gabino Nvé Hernández. Miguel Sánchez Alcázar. Vicente Agulló Canda. Juan Carlos Bohabonay Domínguez. Fernando España Aparisi. Iván Jesús Rivas Rodríguez. Feliciano Vegas Javier. José Ignacio Viciosa García. José Israel Ferrer Navarro. Javier Gómez de la Mano. Miguel Ángel Calvo Puentes. David García Díaz. Carlos Onz García. Edgar Vilardell Iniesta.
In Memorian
Jenner López Escudero, Cabo temporal y Presidente de la Asociación 45 Sin Despidos