La Asociación Profesional de Funcionarios de Prisiones –APFP-, sindicato exclusivo en el ámbito penitenciario, denuncia públicamente la oleada de incidentes que están ocurriendo en el Centro Penitenciario de Murcia II en Campos del Río, donde en el inicio de 2023 están siendo testigos como en su modulo de menores, internos de entre 18 y 21 años, están viendo violentos enfrentamientos entre bandas rivales de internos de origen argelino y marroquí.
El primer episodio se produce el pasado día uno de enero, cuando un numeroso grupo se enfrenta a puñetazos y patadas en el patio del departamento. Ante la gravedad de la situación, se hace necesaria la presencia de numerosos funcionarios para controlar el incidente. Aun así, a pesar de la rápida respuesta y de la abundante presencia de funcionarios, la agresividad con la que los internos implicados reaccionan a sus órdenes les hace temer por su integridad física mientras intervienen para sofocar la pelea. Los reclusos “jóvenes” no son fáciles de intervenir una vez iniciado un episodio violento.
A raíz de este evento, perciben como la tensión entre los internos argelinos y marroquíes va en aumento hasta que, el día diez, se produce el segundo incidente, cuando dos internos se enzarzan en una nueva pelea. Ante la agresividad y violencia que, de nuevo, presentan los internos haciendo caso omiso a las órdenes de los funcionarios para que depongan su actitud, se hace necesaria la ayuda de otros internos para sujetarlos y evitar, incluso, que puedan agredir a los funcionarios intervinientes.
Tras lograr contenerlos y separarlos del resto, se produce una conversación entre los internos y el Sr. Director quien, a pesar de que lo habitual en estos casos es proceder a la aplicación de aislamiento provisional para garantizar la seguridad del departamento, de los funcionarios y de los propios internos, decide que vuelvan con el resto como si nada hubiese pasado.
Minutos más tarde se produce una nueva pelea, teniendo como protagonistas a las mismas personas que poco antes contaban con el beneplácito del Director para volver a las zonas comunes. Una nueva pelea que, de nuevo, obliga a los funcionarios a exponerse físicamente y emplearse a fondo para resolver. Esta vez sí, y como se debería haber hecho previamente, se aplica el aislamiento provisional previsto para estas circunstancias.
El catorce de enero, y de nuevo motivado por el ambiente de conflicto enquistado entre ciudadanos argelinos y marroquíes, se suceden diferentes peleas multitudinarias en el departamento. En todas ellas se ven implicados un numeroso grupo de internos, que se enfrentan con gran violencia entre sí, obligando a que funcionarios de servicio en otros departamentos tengan que dejar sus puestos para ayudar a controlar la situación. Como resultado de estos enfrentamientos, se aplica la medida de aislamiento provisional a varios internos, identificados como “cabecillas”.
Esta decisión no calma los ánimos, pues en el módulo saben que, tarde o temprano, estos aislamientos provisionales se levantarán y regresarán de nuevo al departamento, continuando la pelea por donde se había quedado. Así lo manifiestan numerosos internos a los funcionarios, avisándoles de que deben estar preparados. Lo que nadie pensaba, ante la gravedad de los hechos y el descontrol evidente de la situación, es que ese aislamiento iba a terminar… al día siguiente. Todos los internos implicados regresan al módulo apenas 24 horas después de protagonizar incidentes de extrema violencia.
Como era de esperar, el dieciséis de enero vuelven a ser testigos de varios incidentes regimentales que tienen como protagonistas a los internos a los que, hace apenas veinticuatro horas, se les había aplicado la medida de aislamiento provisional. La escalada de violencia en esta ocasión va un paso más allá, pues esta vez incluso se intervienen “pinchos carcelarios”, con los que los internos están dispuestos a causar el mayor daño posible, tanto a otros internos como a los funcionarios que acudan a sofocar la pelea. Como en las ocasiones anteriores, es necesario movilizar a la práctica totalidad de la plantilla, ordenándose nuevamente aislamientos provisionales que, como desgraciadamente se ha podido comprobar, se levantaron demasiado pronto.
Desde APFP quieren mostrar todo su reconocimiento y apoyo a la plantilla del Centro Penitenciario de Murcia II, hombres y mujeres que demuestran su profesionalidad cada día y que, a pesar de trabajar sin medios materiales y sin formación adecuada y continuada, consiguen resolver conflictos en circunstancias muy difíciles. Un colectivo demasiadas veces olvidado, e incluso denostado, por parte de políticos y de nuestros propios gestores.
Les consta que para la Secretaría General de Instituciones Penitenciarias las estadísticas son muy importantes. Unas estadísticas en las que se trata, por todos los medios, de minimizar el impacto de medidas que entienden “incómodas” como la aplicación de medios coercitivos, clasificaciones en primer grado o traslados motivados por incidentes regimentales. Para este sindicato, lo más importante es la integridad física de los funcionarios y el respeto y reconocimiento que el colectivo merece. Unas estadísticas “favorables” que presentar a Madrid no justifican bajo ningún concepto poner en riesgo a funcionarios/as, internos y la seguridad del Centro. De ahí que quieran manifestar que la dirección de esta prisión no ha estado a la altura, tomando decisiones que han puesto en riesgo la integridad física de los funcionarios, obligándoles a actuar en situaciones que, a su juicio, se podrían haber evitado.
Por todo ello apelan a que se lleve a cabo una reflexión profunda sobre las posibles consecuencias que episodios como los vividos pueden tener para todos, y animan a los responsables correspondientes a que, ante incidentes gravísimos como los acontecidos estos días, se adopten medidas contundentes y definitivas que eviten que tengan que lamentar consecuencias indeseadas para profesionales penitenciarios e internos, que atajen los conflictos de forma efectiva, escuchando más a los funcionarios/as de vigilancia interior, que conocen la realidad y el proceder de los internos.
¿Qué me re tan perversa tiene que tener el culpable de la llegada de tantos ilegales para violar,agredir y robar a los españoles?
Solo por este motivo, debería de estar en la cárcel ya.😡
Mi hijo entró hace poco. Es Español, ni marroquí, ni argelino.Está en el módulo 2 y tiene 25 años (no debería estar en ese módulo). Le roban, le pegan, etc. Ha pedido varias veces el cambio de módulo y pasan de él. Que debo hacer para cambiar esta situación? La trabajadora social del Módulo está desaparecida en combate y los funcionarios pasan. Qué hago?