Sobre las 12:00 de la mañana del día 24 de abril de 2020, se produjo una violenta agresión por parte de una detenida por un presunto delito de lesiones y amenazas a su compañero de piso.
La detenida de unos 25 años de edad, consumó dicha agresión en las dependencias judiciales de Plaza de Castilla. Dichas dependencias son competencia de Instituciones Penitenciarios, por lo que prestan servicio en las mismas, funcionarios de dicho cuerpo.
La agresión se produjo de forma súbita, una vez que dicha detenida fue reconocida por el por el médico forense, tal y como contempla el protocolo al efecto. A continuación, la detenida sin mediar palabra, se abalanzo contra uno de los funcionarios que prestan servicio allí, rompiéndole las gafas. Inmediatamente al intentar ser reducida por una funcionaria de servicio, le arranco varios mechones de su cabello con inusitada violencia, recibiendo golpes y patadas, por lo que tuvo que ser reconocida en el Hospital por las lesiones producidas. Tal era la resistencia ofrecida por la detenida, que hicieron falta 3 funcionarios para poder reducirla, arrancando a uno de los funcionarios de un mordisco, el dedo índice del guante de cacheo, y recibiendo golpes y patadas de diversa consideración..
Dichas dependencia de Plaza Castilla esta situadas en los sótanos de dichos juzgados madrileños, y de manera habitual, reciben cada día del orden de 50 a 60 detenidos que todos los días pasan a disposición judicial. Debido al confinamiento, el volumen de personas detenidas se ha reducido a la mitad, pero los medios con los que cuentan los Funcionarios de Prisiones que prestan servicio allí, son del todo insuficientes, no dotándoles la administración penitenciaria de los medios necesarios para desarrollar su difícil labor.
Desde la Asociación Profesional “Tu abandono me puede matar”, llevamos más de un año denunciando la falta de medios materiales y personales, así como la impunidad con que los internos nos agreden de manera reiterada. El año pasado se registraron 444 agresiones a funcionarios, algunas de ellas de extrema gravedad. Cabe recordar que este colectivo carece de la condición de agente de autoridad, por lo que cualquier tipo de agresión, en la mayoría de los casos no queda más que en una sanción de privación de paseos y actos recreativos, regulado en el régimen disciplinario del Reglamento Penitenciario.