Un día de buena mañana después de practicar diligencias por Getafe vas metido en tu gorra a Villaverde y te encuentras a varios policías asesinando a tiros a un negro con un cuchillo de cuatro centímetros, todo apunta a un nuevo caso de violencia estatal o de brutalidad policial sobre un inmigrante inocente y hay que reclamar justicia. Tus amigos de la asociación de antiespañoles sin fronteras te dicen que asaltes al periodista, que te apoderes de la cámara y digas algo, si no tienes nada que decir te lo inventas, pero sobre todo monta el pollo y se dramático, no importa si acabas hablando de tu libro y diciendo que la Policía te rompió la nariz en Valdemoro, es tu momento de gloria. Con el apoyo de Rufián puedes llegar a diputado o a ministro, sobre todo si el pollo que montas es tal dimensión que consigues alentar a las hordas del caos a quemar comisarías.
Lo relatado en una situación de normalidad no ocurriría, pero en la situación distópica actual es algo democrático. Como quiera que a los demócratas les da alergia cualquier forma de orden que no suponga una ventaja competitiva en su beneficio y odian tanto a las fuerzas del orden como a sus agentes, en Una Policía para el Siglo XXI trabajamos contra la anarquía para diseñar el modelo policial que queremos para nuestro país, y si además podemos ayudar a otros países amigos, pues mejor para todos.
Nuestro último trabajo es el resultado de dos años de investigación, que comenzó con los graves disturbios de Barcelona de 2019, y tiene todo que ver con el dramático suceso de Villaverde, se trata de Uso de la Fuerza. Hemos preparado un reglamento europeo para presentarlo en la Oficina de la Comisión Europea y el Parlamento Europeo, en el Ministerio de Interior y en el Ministerio de Defensa ¿por qué en estos órganos?
Las razones son varias: (1) según las previsiones de la OTAN en los próximos años se producirá una hibridación de la seguridad y de la defensa en escenarios urbanos, si eso es cierto, necesitamos poner en común nuestras reglas de enfrentamiento, (2) los escenarios más catastrofistas que maneja la Comisión Europea, barajan la posibilidad de una guerra civil en Europa, y para vivir en paz hay que prepararse para la guerra (3) la seguridad y la defensa somos las fuerzas del orden que combaten a las fuerzas del caos para impedir el avance de la anarquía, en el medio está la delgada línea azul, (4) las amenazas no tienen fronteras y nosotros tampoco, ahora mismo hay guardias civiles, policías y militares españoles repartidos en las fronteras exteriores de toda Europa, y (5) porque los mismos problemas en el uso de la fuerza que tenemos en España, los tienen en el resto de países de Schengen.
Los problemas tienen como base la indefinición, porque a nivel jurídico un policía puede acabar condenado haciendo bien su trabajo y absuelto tras cometer abusos de autoridad. Y tal indefinición es una oportunidad que las fuerzas del caos junto a las fuerzas de la propaganda explotan históricamente para ganar la batalla del relato, presionar al Gobierno para que los fiscales (de su propiedad) exijan condenas y a los jueces para dictar medidas ejemplares contra policías fascistas.
Desde Una Policía para el Siglo XXI hemos trabajado en un documento que permitirá desmantelar la propaganda llamando a las cosas por su nombre, porque el reglamento no dice cómo hay que hacer las cosas, sino que le pone nombre a todo lo relativo al uso de la fuerza y le pone condiciones en lugar de excepciones. El reglamento permitirá evaluar la actuación policial de Villaverde como legal y no solo porque sea congruente, oportuna y proporcional. Sino también por criterios técnicos que para quienes trabajan en la calle están a la orden del día, pero no están contemplados en ninguna legislación, veamos:
(1) La actuación fue legítima porque hubo un requerimiento ciudadano para una intervención de primera línea, los policías no actuaron arbitrariamente; y hubo unos policías que fueron a cooperar, mientras que otros fueron en apoyo, no es lo mismo.
(2) Existía un riesgo objetivo para la vida o la integridad física de terceros y de los propios agentes, que requería una actuación inmediata; y estos pasaron de un nivel de activación media frente a una amenaza hipotética, a una activación alta tras confirmarse la amenaza y a una activación de combate tras recibir el primer ataque.
(3) Defenderse uno mismo es defender los derechos humanos empezando por los propios y constituye un derecho fundamental que es el ejercicio de la legítima defensa, defender a tu compañero es legítima defensa extendida y defender a un ciudadano es responsabilidad de proteger. Y estas tres no es que sean circunstancias modificativas de la responsabilidad, es que en nuestro reglamento son condiciones para el uso de la fuerza, porque es un reglamento de derecho positivo y no de derecho de excepción.
(4) De acuerdo con el uso escalonado de los medios, el fallecido había ejercido un ataque directo y el agente había extinguido los medios anteriores de respuesta menos lesivos. Para conseguir esta definición hemos diseñado un modelo de cinco niveles que permiten poner nombre a cada tipo de acción frente a un agente y a cada tipo de respuesta, todo está bien definido para que no haya lugar a dudas, pues las cosas complejas se organizan usando modelos.
(5) porque el terreno era firme y estable, había visibilidad suficiente, no existía un parapeto próximo ni tiempo de parapetarse, y de acuerdo con la Regla de Tueller, a esa distancia (inferior a 6,4 metros) el agresor tendría más probabilidades de matar al policía de una puñalada en el cuello, que el agente de reducir al agresor con un disparo en una pierna.
(6) porque la proporcionalidad de los medios es una ficción jurídica ya que no existen medios letales y medios no letales, todos son letales desde el momento que un cristal de una botella es más letal que una bala si secciona una arteria, mientras que una herida de bala en un punto no vital corre bajo riesgo de producir la muerte.
(7) Porque al herido se le practicaron los primeros auxilios, luego se aplicó el principio de deber de cuidado.
Todo lo anterior y mucho más, son conceptos que existen en la doctrina de uso de la fuerza, aparecen en manuales de formación, forman parte de nuestro trabajo diario, pero no han sido aprobados por un órgano legislativo, luego no revisten carácter jurídico y por tanto no se pueden invocar ante un juez ni ante la opinión pública.
Tal indefinición permite que oficinistas de Interior le digan a la UIP que no puede responder frente a una agresión o que no puede actuar de manera preventiva, y tiene que esperar a que los masacren. Nuestro reglamento permitirá a quienes están en primera línea, tomar sus propias decisiones de manera legal, no aplicar recetas adaptadas al Gobierno de turno o dejarse apedrear por insurgentes de bajo coste como en octubre de 2019.
De la definición jurídica depende que tanto políticos, como jueces, como medios de comunicación, tengan claro que la fuerza es lo que hacen la Policía y los militares, brutalidad es lo que hacen los demonios que violan y matan, y la violencia es lo que hacen los chicos de las capuchas. El verbo es la fuerza que permite que las hordas del caos en sus diferentes formas: CDR en Cataluña, bandas latinas en Madrid, ciervos en País Vasco y Navarra, manadas de MENA´s en Baleares, comunistas en Vallecas, narcos en la Línea o los que practican diligencias por Getafe, que todos ellos tengan claro dónde está la línea azul que su anarquía no puede traspasar.
De acuerdo con el artículo salvo que no deberíamos olvidarnos otros ejemplos “de caos en sus diferentes formas” y obviar esa violencia que los grupos nazis cometen en Chueca o se proclaman en fechas señaladas en el calendario haciendo apologias fascistas,etc…
Muy buena iniciativa,necesaria,justa y legítima. Espero os hagan caso en Europa porque en España,nido infecto de bastantes cobardes y traidores envidiosos,muchos dirigiendo,no os van a hacer caso. Suerte y un saludo.