La falta manifiesta de policías nacionales y guardias civiles para controlar el flujo de personas y vehículos en la frontera del Tarajal ha llevado al Gobierno de Ceuta a tomar medida inéditas como la contratación de vigilantes de seguridad en auxilio de las desbordadas Fuerzas y Cuerpos de Seguridad del Estado.
Desde este mismo miércoles, cuatro vigilantes de seguridad privada por las mañanas, y 6 por las tardes, apoyarán a la Guardia Civil en sus labores de vigilancia y control sobre los miles de porteadores que traspasan la frontera día tras día. Lo harán conforme a un plan de seguridad que previamente aprobado por la Policía Nacional, cuerpo competente en materia de seguridad privada.
Según parece, el Gobierno presidido por el popular Juan Vivas solicitó por escrito a la actual ministra de Política Territorial, Carolina Darias, mayor presencia policial en el paso fronterizo, denunciando la situación de precariedad en la que se encuentra la frontera desde el punto de vista de las instalaciones, de los medios y sobre todo del personal.
Una medida urgente para paliar los colapsos de hasta ocho horas que se producen para salir y entrar a Ceuta, lugar donde se han registrado numerosas avalanchas en las últimas semanas, circunstancia que han podido comprometer la seguridad tanto de policías como de los ciudadanos marroquíes que pretenden traspasar la frontera.