Vecinos de las inmediaciones de la iglesia de San Antón han acusado al Padre Ángel de convertir la zona en un “foco de peleas, broncas, puñaladas, drogas e insalubridad”.
El Senado acogió la pasada Nochebuena la cena benéfica que cada Navidad organiza la ONG del Padre Ángel, ‘Mensajeros de la Paz’. La Cámara Alta acogió un convite de un centenar de personas sin hogar y en exclusión social, iniciativa que el sacerdote promueve para dar visibilidad a este problema social. Se trata de uno de los actos organizados por el sacerdote en el marco de acciones ejecutadas en la iglesia de San Antón conocida por dar alojamiento y café caliente a los sintecho.
Sin embargo, estas obras de buena caridad han derivado en cierto malestar en distrito de Chueca y los vecinos acusan al párroco de convertir la zona en un imán de peleas, broncas, drogas e insalubridad.
Así lo denuncian algunos de los transeúntes y comerciantes de la zona cuyas declaraciones son publicadas por Libertad Digital. “Nos hacen el gesto de cortarnos el cuello si se nos ocurre decir lo más mínimo de lo que sucede ahí dentro de la parroquia”, explican fuentes consultadas por el citado medio. Las mismas han sido testigos de “cuchilladas”, “gente esnifando cocaína” y “robos” en los aledaños de la parroquia. “Hay un vecino que está de baja con moratones porque le han pegado una paliza”, señala uno de los afectados.
A este respecto también se ha pronunciado Esteban Benito, presidente de la Plataforma Vecinos de Chueca, el cual aclara que no todas las personas que acuden a la iglesia son pobres. “Muchos son delincuentes, pequeños traficantes y adictos que utilizan la iglesia como un espacio de impunidad”. En este sentido, desde la asociación no dudan en culpar también al Padre Ángel de esta problemática al entender que los incidentes que se registran “cuentan con su beneplácito”.
Vecinos y comerciantes coinciden con las declaraciones vertidas contra la obra del Padre Ángel. “Este párroco no tiene piedad. Nos contesta con que odiamos a los pobres… Los adictos duermen en la puerta de nuestras casas y mantienen sexo delante de nuestros niños. El Padre Ángel no nos hace caso porque lo que tiene es una plataforma para conseguir dinero. Huele fatal y estamos expuestos continuamente”, comenta uno de los empleados de la zona. Otros afectados son más duros en sus declaraciones en Libertad Digital.
“Es un mafioso vestido de cura. No es un párroco, es un negociante”.
El religioso se defendió en el mes de noviembre contra similares acusaciones que relacionan el incremento de la delincuencia en la zona con la labor llevada a cabo en San Antón acogiendo a los sintecho. “Al contrario, esta iglesia alivia esa sensación de inseguridad. Antes de existir esta iglesia existían estas calles y estas personas, muchas de ellas enfermas, hay que intentar curarlas”, expresaba al canal de televisión autonómico. “Esta iglesia lo que hace es darle un café, un cariño, pueden venir a rezar. En todas las calles puede haber de eso, no hemos hecho una iglesia para vender o hacer como algunos de ellos. Estamos muy tranquilos, los que están aquí no son delincuentes”.
“Carmena dio barra libre al padre para que hiciera lo que quisiera. Nunca nos escuchó”, declara Benito precisando que están a la espera de citarse con el Gobierno de José Luis Martínez-Almeida para atajar esta situación.
Actualmente, la gestión de la parroquia recae sobre el Padre Ángel. Sin embargo, la responsabilidad del inmueble el una cuestión del propio Ayuntamiento de Madrid.
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