Un matrimonio ha evitado que un joven rumano de 20 años se arrojara al vacío desde un puente de la M-45 de Madrid. Pero no, no se trata de un matrimonio cualquiera, sino de un guardia civil y una policía nacional fuera de servicio que casualmente pasaban por el lugar de los hechos.
La crucial actuación tuvo lugar el pasado lunes, sobre las 20 horas, en uno de los puentes de la M-45, a la altura de la avenida de las Suertes, en el distrito de Vallecas. La pareja observó una repentina aglomeración de vehículos que llamó su atención. En lo alto del puente, un joven amenazaba con tirarse. No había tiempo que perder.
Tras dar aviso a la Sala del 091, la pareja se dirigió sin pensarlo hacia la situación del suicida. Éste había franqueado la valla de seguridad, a la que se encontraba sujeto con una sola mano. El riesgo de caída era muy alto y había que darse prisa. El hombre lloraba fruto de la desesperación, al parecer por problemas familiares, y no cesaba de amenazar con tirarse.
Los agentes actuantes tratarían de calmarlo y transmitirle palabras de aliento, quizás esas palabras que nunca antes había escuchado y que tanto necesitaba.
Fue con la llegada de la primera patrulla de Policía Nacional, con indicativo Villa 21 y conformada por un oficial de Policía y un agente en prácticas, cuando, aprovechando un despiste del sujeto objeto de la actuación, se abalanzaron sobre él para evitar que se arrojara al vacío y situándolo en una zona de seguridad.
Una dotación del SAMUR se hizo cargo del chico que fue conducido a un hospital para recibir asistencia profesional.
Ejemplar fue también el comportamiento de los ciudadanos testigos de lo hechos, colaborando en todo momento con los agentes y dirigiendo el tráfico hasta la llegada al lugar de la Policía Municipal de Madrid, que restableció la circulación rodada.