El pasado 4 de febrero, una agente de la Policía Nacional resultó herida tras ser atacada por un pitbull durante un registro en el distrito madrileño de Villaverde. Según informan fuentes policiales a LA RAZÓN, el incidente ocurrió mientras los agentes del Grupo Operativo de Respuesta (GOR) de Usera-Villaverde realizaban un registro en un local de la calle Benimamet.
La agente, que estaba proporcionando seguridad en las distintas habitaciones del edificio, fue atacada por un perro de aproximadamente treinta kilos mientras intentaba acceder a otra habitación. El pitbull le propinó varias mordeduras en la mano derecha y la pierna izquierda, impidiéndole utilizar su arma reglamentaria para defenderse. Los compañeros de la agente tuvieron que intervenir para apartar al perro, que continuaba atacándola.
Ante la inminente amenaza, los efectivos abrieron fuego contra el animal hasta abatirlo. La agente fue trasladada de urgencia al Hospital 12 de Octubre, donde recibió tratamiento antibiótico para evitar infecciones, ya que las mordeduras de perros no pueden ser suturadas por el riesgo de infección. Afortunadamente, su estado es estable y se encuentra en recuperación con una baja médica.
Agentes de Policía Judicial acabaron deteniendo a dos personas de nacionalidad dominicana e incautaron sustancias estupefacientes en el domicilio.
Este incidente subraya la importancia de contar con recursos adecuados para proteger a los agentes que se enfrentan a situaciones peligrosas en el cumplimiento de su deber. Un cuerpo cuyos agentes a día de hoy todavía siguen sin ser considerados “profesión de riesgo” a pesar de circunstancias como estas y otras tantas al límite que han supuesto incluso el fallecimiento en acto de servicio.