En las últimas semanas, las Islas Canarias han vuelto a ser escenario de una nueva oleada de inmigración irregular, con la llegada de tres nuevos cayucos a las islas de El Hierro y Lanzarote. Este incremento de la llegada de embarcaciones pone nuevamente en evidencia la crítica situación que atraviesa el archipiélago, marcado por una sobrecarga en los centros de acogida para inmigrantes y un aumento de las llegadas en los últimos años.
El pasado 17 de diciembre, El Hierro y Lanzarote recibieron a más de un centenar de personas en sendos cayucos que fueron interceptados en las aguas del Atlántico. Estos barcos, que partieron desde las costas del norte de África, contienen en su mayoría migrantes procedentes de Senegal, Gambia y otros países del África subsahariana. Los migrantes se enfrentan a un viaje peligroso, donde muchos no sobreviven a la travesía, siendo las embarcaciones precarias y sobrecargadas un riesgo constante.
El Aumento de la Llegada de Cayucos: Un Fenómeno Creciente
El fenómeno de la llegada de cayucos ha ido en aumento en los últimos cuatro años. Según datos del Ministerio del Interior, entre 2020 y 2023, más de 25.000 personas han arribado a las costas canarias en embarcaciones irregulares, una cifra que sigue creciendo, especialmente desde que en 2020 se alcanzaron los primeros picos de esta crisis migratoria. En 2023, la cifra alcanzó un total de 9.000 migrantes, un aumento alarmante con respecto a los 6.000 de 2022.
Las islas de El Hierro y Lanzarote, que históricamente han sido menos afectadas por estos flujos migratorios, ahora se ven cada vez más involucradas en el arribo de migrantes. El Hierro, que hasta hace pocos años no era una isla con presencia constante de embarcaciones ilegales, ha experimentado un repunte de llegadas en lo que va de 2024, lo que ha generado una mayor presión en los recursos locales y en las autoridades encargadas del control de las fronteras.
Saturación de los Centros de Acogida: La Crisis Humanitaria
Uno de los problemas más graves que enfrenta Canarias en la actualidad es la saturación de los centros de acogida. En las últimas semanas, los centros de inmigrantes han registrado niveles de ocupación cercanos al 200%. Con más de 6.000 personas actualmente alojadas en las instalaciones de acogida, las autoridades se enfrentan a un reto logístico y humanitario sin precedentes.
La falta de espacio adecuado, recursos limitados y personal sobrecargado generan una situación caótica. Muchos de los migrantes se ven obligados a esperar en condiciones precarias durante semanas o incluso meses antes de ser reubicados en la península o recibir algún tipo de asistencia más organizada. La presión sobre los servicios sociales y las fuerzas de seguridad es constante, lo que dificulta aún más la gestión de estos flujos migratorios.
La Respuesta Institucional y la Necesidad de Soluciones a Largo Plazo
El gobierno regional y las autoridades locales han expresado su preocupación por la situación. Mientras que el gobierno central ha reforzado los esfuerzos de vigilancia en las costas de Canarias y ha aumentado el número de agentes de la Guardia Civil, la cuestión de la sobrecarga de los centros de acogida sigue siendo uno de los puntos más críticos.
Diversas organizaciones no gubernamentales y colectivos sociales han solicitado medidas más urgentes para evitar una mayor crisis humanitaria. Exigen una reestructuración de los recursos, un mayor apoyo logístico y un mejor acceso a servicios básicos como atención médica y psicológica para los migrantes, muchos de los cuales llegan a las islas tras pasar por situaciones de extrema violencia y precariedad.
En el plano internacional, la Unión Europea ha reafirmado su compromiso de trabajar con los países de origen y tránsito para mitigar las causas que impulsan a miles de personas a embarcarse en estos peligrosos viajes. Sin embargo, la solución a largo plazo parece depender de una cooperación más estrecha y efectiva entre los países africanos y europeos, así como de una mejora en los mecanismos de distribución de los migrantes dentro de la UE.