Una madre de nuevo: la psicóloga Pilar Enjamio analiza el crimen de la menor Olivia

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La psicóloga y escritora Pilar Enjamio analiza el último crimen que conmocionó a la sociedad española. En recuerdo de la pequeña Olivia

De nuevo una menor asesinada y con tan solo seis años. Respecto a este crimen no se trata de abrir un debate entre culpables, ni hombres, ni mujeres, ni tampoco de cifras máximas ni mínimas sino de asesinatos. Crímenes en mayúsculas donde un niño inocente se cruza en medio de un asesino o asesina que “para más inri” resulta ser uno de sus progenitores.

Este caso nos lleva a recordar a la pequeña Desirée Leal de Muimenta en Lugo, asesinada por su madre cuando debía de entregarla a su padre José Manuel Leal. Un padre desesperado que jamás volverá a trabajar porque esa fatídica noticia de que no vería a su niña cuando iba cargado de regalos, fue conocida mientras desempeñaba su tarea profesional. A pesar de prisión permanente revisable para la autora del crimen, una niña inocente y buena no volverá a cobijarse los abrazos de esos padres que tanto la amaban.

No puede haber igualdad mientras haya desprotección del menor ni mientras estás lagunas fruto del fanatismo ideológico no se arreglen.

Ni todos los hombres son malos, ni todas las mujeres buenas. Debemos clamar justicia ante estos casos porque ya muchos los menores que perdieron la vida. No solamente el caso de la madre en el hotel sino el de Samantha y tantos otros.

No valen eximentes a nivel mental en la mujer mientras al hombre se le llama asesino sin respetar la presunción de inocencia. Los titulares de prensa se convierten en un atentado hacia la igualdad de sexos y en proclamas para impulsar campañas políticas. Mientras en la noticia de la mujer que se lanza al vacío con un bebé hablan de suicidio ampliado por compasión, en el caso del hombre siempre se habla de asesinatos.

Es evidente que la actualidad se vuelca con las mujeres que mueren cada año a manos de sus parejas pero mientras obviemos que también hay madres asesinan a sus hijos un menor está y seguirá estando en serio peligro.

Un ejemplo de egoísmo y maldad por parte de una madre que antes de darle la custodia a su padre prefiere matar al menor. Eugenio acababa de recibir la custodia de Olivia y estaba feliz para que iniciase su primer día de colegio en Segovia y se trasladase de Gijón a donde la había llevado la madre para no la viese su padre.

Los hijos no son un objeto a poseer y menos quitarle la vida sino protegerlos, respetar sus derechos inherentes como persona y claro objetivo de mucho, mucho amor lo cual es antagonista del daño. Y es evidente el vacío legal y la tardanza en asignar la custodia al padre. Si una madre cometió un crimen uno se pregunta cómo estos años estuvo en peligro. No podemos callarnos ni nos callaremos.

P.D:: A la ministra Irene Montero, hay que proteger a la mujer pero también al menor y al hombre inocente

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