Escuece, sí, escuece ver como el trabajo de cinco años se tira la basura. Eso es lo que deben pensar los integrantes del grupo de investigación que durante un lustro se han dejado la piel buscando y rebuscando a conciencia cada dato e información relacionada con el entramado societario mercantil criminal de Karim Bouyakhrichan uno de los jefes de la macromafia holandesa.
No es nada fácil dar forma a un atestado tan extraordinariamente completo como el que se le presentó al juez que entendía de esa causa. Tras largas horas de vigilancia, tras seguimientos escrupulosos, tras jornadas interminables realizando labores de investigación y sin dejar cabo sueltos para armar una base jurídica lo más consistente posible, tras todo ésto, solamente queda la desolación y la sensación de que no ha servido absolutamente para nada.
Para que estos peligrosos delincuentes puedan ser juzgados por pertenencia a organizaciones criminales o grupos mafiosos es necesaria la sincronización de entes policiales y judiciales en todos los estadios de la investigación. Son repetidos los casos en los que para poder llegar a demostrar que existe una red criminal organizada como es la mocromafia, se empiece tirando de hilos que primeramente llevan a investigar a sus miembros por blanqueo de capitales u otros delitos financieros.
Tirando de ese hilo, poco a poco se va desenmarañando la madeja.
Irrita mucho ver como un capo de la mocromafia se esfuma delante de las narices de todos gracias a la supuesta benevolencia de quien le juzga. La decisión de su señoría es un tanto controvertida y da a entender que existe una dudosa proporcionalidad entre el delito cometido y la pena impuesta. La equivalencia es un tanto desigual, ya que Bouyakhrichan con negocios supuestamente ilícitos consigue unas ganancias superiores a los cinco millones de euros al año. Con tai patrimonio millonario es de pena que se le condene a pagar la minucia de multa de 50.000€ y a presentarse cada cierto plazo en el juzgado a firmar.
¿En serio esperaban que cumpliese con la justicia?.
No hace falta ser un avezado jurista para saber que a la mínima oportunidad que tuviese el condenado se borraría de la faz de la tierra. Ni la medida cautelar de retirar del pasaporte ha sustituido efecto alguno.
Para quien dirige un grupo criminal de este calado no hay límites que se pongan por delante a la hora de huir de la justicia. La pantomima de ir a firmar en tres ocasiones sirvió para dar una imagen de cumplimiento con la justicia totalmente equivocado y a la vez crear la coartada perfecta para su jugada final.
Ahora que se encuentra en paradero desconocido, investigadores y víctimas temen represalias. La mocromafia actúa con contundencia y sin miramientos empleando una violencia desmedida a la hora de ajustar cuentas. Desde un lugar fuera del continente europeo, estos jefes de la mocromafia dan órdenes directas y precisas para llevar a cabo su actividad en aquellas zonas bajo su influencia. Si osas perseguirles o atacarles… Tendrás que asumir graves consecuencias. Ésa es una premisa grabada a fuego en la órbita mafiosa.
Esta fuga tan irritante ha abocado a muchos a buscar cabezas de turco apuntando en distintas direcciones señalando responsables. Las explicaciones dadas han sido escuetas y alegar que la polémica decisión del juez de la Audiencia provincial de Málaga se ajusta a derecho y es proporcional y que la falta de conexión en la tramitación y plazos para elevar la causa a la Audiencia Nacional es lo que ha sido realmente determinante para que aprovechando la coyuntura el condenado se haya fugado, es querer excusarse en lo fácil.
Fuere por una cosa u otra, bajo mi opinión hay un trasfondo que igual se nos pasa por alto y no debemos dejar de lado. El miedo, el temor a represalias.
Recordemos que en unos días quedará en libertad otro de los peligrosos cabecillas de la mocromafia holandesa que cumple condena en España…
¿Y si ciertas decisiones se toman por miedo?
La mafia, independientemente de su origen, será siempre la mafia y es inevitable que quienes luchan contra ella sientan ese miedo. Pese a ello las fuerzas y cuerpos de seguridad del estado en conexión directa con sus homólogas europeas no cejarán en su empeño de batallar contra toda clase de grupos mafiosos y organizaciones criminales.
Con una nueva orden de búsqueda contra Bouyakhrichan comienza la caza de una presa que no será harto complicada.
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