La Asociación Profesional de Funcionarios de Prisiones -APFP, sindicato exclusivo en el ámbito penitenciario denuncia el grave incidente acaecido en el módulo de enfermería de la prisión zaragozana de Daroca el día 4 de junio, donde un funcionario fue agredido por un preso.
Un hecho que se produjo durante el reparto de la medicación diaria en el módulo de enfermería se procede a hacer entrega de la correspondiente a uno de los internos. Es en ese momento, en el que el interno, mediante engaño trata de hacer creer al enfermero que se ha tomado la medicación prescrita y la guarda en su bolsillo. Tanto el enfermero como el funcionario del departamento se dan cuenta de la manipulación del interno, se le traslada a la sala de curas para hacerle saber que tiene la medicación controlada para evitar precisamente un mal uso de la misma y que, a partir de ahora, se le dará en polvo.
El interno comienza a alterarse y a levantar la voz realizando aspavientos con los brazos vociferando que él quiere su medicación antigua y no la del psiquiatra que le han prescrito y que en polvo no se la tomará “porque no es un perro”. Ante este estado de agitación y agresividad se le ordena que abandone el lugar y salga al patio. En ese momento, el interno sale lanzando patadas a todas las puertas a su paso, por lo que se requiere la presencia del Jefe de Servicios y un nutrido número de funcionarios para controlar la situación. Dada la actitud agresiva y amenazante del interno es precisa la utilización de la fuerza mínima imprescindible, para evitar daño al interno y a los funcionarios, siendo trasladado al departamento de aislamiento.
Una vez allí, el interno comienza a gritar “os voy a matar, hijos de puta”, “cuando salga voy a violar a vuestras hijas y las voy a matar” mientras que no cesa en sus amenazas, sigue lanzando patadas que alcanza a uno de los funcionarios de servicio que es atendido por los servicios médicos del centro. Finalmente, se consigue con gran esfuerzo, que el interno deponga su actitud violenta.
APFP reclama al Ministerio del Interior el reconocimiento de los trabajadores penitenciarios como agentes de la autoridad, la consideración de profesión de riesgo, adecuación de los medios coercitivos al siglo XXI con la aprobación de pistolas Táser y un incremento de las plantillas para ajustarlas a las necesidades reales de los centros penitenciarios para minorar las agresiones que padecen los trabajadores penitenciarios, así como una actualización retributiva con la equiparación salarial con sus compañeros de Cataluña, bajo el lema igual trabajo igual salario.