Un policía nacional fuera de servicio, perteneciente a la Comisaría Local de Andújar (Jaén), salvó in extremis a un bebé de nueve meses de morir por asfixia durante la madrugada del pasado jueves.
El reloj marcaba las 4.00 de la mañana del jueves, cuando una madre desesperada, con un bebé semi inconsciente en brazos y con síntomas de asfixia, llamaba repetidas veces el timbre del domicilio del policía pidiendo auxilio para su hijo.
El agente tomó las riendas de la situación haciendo gala de esos “nervios de acero” que confieren una profesión como la policial. Tomó al niño entre sus brazos, con la boca hacia abajo y golpeó su espalda suavemente para desobstruir las vías respiratorias.
A partir de esta sencilla técnica de primeros auxilios conseguiría, in extremis, que el bebé expulsara un tapón de mucosidad que estaba provocando la insuficiencia respiratoria.
Una vez recobrada la respiración, aunque aún lo hacía con dificultad, trasladó al bebé junto a su madre en su coche particular hasta el hospital más cercano. Allí fue estabilizado y dado el alta unas horas más tarde.
Una actuación de gran mérito que ha significado la salvaguarda de una vida, y que pone de manifiesto, una vez más, la gran predisposición de servicio público que define a los policías, “en servicio” las 24 horas del día.