El Juzgado de Instrucción número 11 de Zaragoza investiga a un agente de la Policía Nacional como presunto autor de un delito de lesiones graves por imprudencia, tras un accidente en el que acudía a un servicio de emergencia, llevaba los dispositivos de emergencia activados (luces y sirena). Habían sido avisados de un hurto en una perfumería cercana.
El siniestro se registró el 14 de julio de 2022, sin consecuencias para los accidentados, como relata en primicia HERALDO de Aragón.
Pero el día 28 del mismo mes, 14 días más tarde, el conductor del vehículo particular, F. P. P., de 60 años, sufrió un síncope con pérdida de consciencia que obligó a ingresarlo de urgencia en el hospital Reina Sofía de Tudela. Allí se dieron cuenta de que como consecuencia del accidente registrado días atrás el hombre había sufrido múltiples fracturas costales. Y lo más grave, presentaba una hemorragia interna que hizo necesario operarlo de urgencia para extirparle el bazo.
La Policía Local de Zaragoza, encargada de instruir el atestado del accidente, interrogó en su día tanto al agente que conducía el coche patrulla como a su compañera. Ambos explicaron que acababan de salir de la comisaría de Mayandía cuando escucharon un aviso por la radio alertando de un hurto en una perfumería en el paseo de la Independencia. Al encontrarse muy cerca, activaron los indicativos de prioridad luminosos y acústicos y se dirigieron hacia allí.
El Policía investigado declaró este jueves pasado ante el juez. Recalcó que adoptó todas las medidas de seguridad pero no pudo evitar la colisión con el turismo de la pareja navarra, cuyo vehículo hizo un giro correcto hacia la Puerta del Carmen y debido a un atasco no pudo ver venir el coche patrulla.