El Barrio de la Salud en Badalona ha vuelto a presenciar este sábado cómo un pirómano reincidente ha vuelto a quemar un contenedor. Los vecinos llevan varios años denunciando la actitud y el peligro que supone la acción diaria del individuo. Ya cumplió condena en prisión, pero continúa con su actividad delictiva.
El hombre, que ya ha cometido numerosas veces el mismo delito, lo hace cada semana. Tanto vehículos como contenedores son sus objetivos principales. Con todo ello, el alcalde Xavier García Albiol ha aquejado la situación en su perfil de X: “Como siempre lo detenemos, y a las 24 horas está de nuevo en la calle”.
Misma actitud igual resultado
Está realidad nos recuerda, aun siendo una acción diferente, a los hurtos con un valor inferior a 400 euros y otros delitos más graves, en los que el autor del delito queda puesto en libertad en tiempo récord a pesar de suponer un peligro para la ciudadanía.
Este medio ya ha informado de casos llamativos, como es el ejemplo del marroquí de 48 años que violó a una niña de 12 años en Zaragoza y quedó en libertad. Este tipo de sucesos, salvando las distancias, demuestran que en España el crimen, dependiendo de varios factores, puede no suponer un problema para quien lo comete. Al día hay decenas de casos en los que individuos de diferentes nacionalidades son protagonistas de peleas multitudinarias y no hay consecuencias graves por parte de la justicia.
Otro ejemplo del que dio cuenta h50 digital, es el del marroquí que atropelló mortalmente a un peatón y dejó a otros dos heridos yendo drogado al volante. Finalmente está en libertad con la condición de que no vuelva a cometer ningún delito en los próximos tres años.
Recordamos que ser menor de edad en España supone una realidad que muchos aprovechan: se es inimputable. No son pocos los casos de menores que van armados por la calle y que, con ánimus necandi, atacan a otros de su mismo origen, generalmente marroquí o latino. Pero, al ser menores, no se les puede imputar delito alguno. Lo más seguro es que acaben en un centro de menores, cuya acción sobre los jóvenes no acaba con su actitud delictiva.
Por el momento, esta es la realidad de España.