El asesino, un peruano de 24 años de edad, ha matado a puñaladas a su exmujer de 24 años e hija de cinco en un piso situado en la calle Jacobeo de Carabanchel, Madrid. El sujeto trató de quitarse la vida cortándose el cuello, pero se quedó en el intento y gravemente herido. Está ingresado con pronóstico grave en el Hospital 12 de Octubre. La pareja y la hija de ambos eran peruanas también.
Según el Ministerio de Igualdad un 32,4% de los asesinatos contra mujeres son llevados a cabo por extranjeros, aunque sólo representan un 13,1% de la población total. Son datos altamente significativos.
El matrimonio estaba en aras del divorcio, apunto de firmar los papeles, según informó el el padre y abuelo de las víctimas a la Policía. Su yerno tenía una orden de alejamiento por maltrato, pero ya no contaba con medidas de protección. El Grupo de Homicidios y la Policía Científica, se han hecho cargo de la investigación.
El caso de maltrato, del que era víctima la joven, fue dado de alta el 14 de septiembre de 2020 en el sistema policial VioGén. La fémina había interpuesto una denuncia por malos tratos en Torrejón de Ardoz, Madrid. Se estimó como un caso de alto riesgo y, por ello, el Juzgado de Instrucción Número 4 de la localidad madrileña, estableció una orden de protección. Se impuso así, la aproximación y comunicación a la mujer a menos de 500 metros, según han informado fuentes policiales a EFE.
Sin embargo, el 30 de octubre de 2020 el Juzgado de Violencia sobre la mujer número 4 de la capital española, absolvió al autor. Por ello, se retiraron las medidas de protección.
Según los vecinos, la pareja vivía en el mismo piso y las broncas eran habituales. Cerca de las 01:30 horas de la madrugada, el autor de ambos delitos se dirigió a la habitación de su hija y la degolló. Seguidamente, accedió a la de su esposa -25 años- y se ensañó con la víctima. No obstante, logró huir con el móvil. Se dirigió rápidamente al ascensor, que empleó para bajar hasta el garaje. Una vez ahí llamó de urgencia a la Policía Nacional, que acudió a la mayor celeridad posible.
A su llegada, los efectivos, se encontraron a la mujer con numerosas heridas por todo el cuerpo. Se han contabilizado hasta 9 producidas por arma blanca, una en el tórax y otra con afección cardiaca. La fémina les pidió que subiesen rápido al domicilio del matrimonio, creía que su hija podía estar muerta. Informó, igualmente, de la presencia de más menores. Finalmente falleció.
Una vez los agentes subieron al piso, encontraron el cuerpo sin vida de la niña en su cama, con una herida en el cuello. El padre estaba tendido en la misma habitación con un herida grave en el cuello. Había tratado de suicidarse.
Inmediatamente, los uniformados registraron toda la casa en busca de posibles víctimas. En otra habitación, hallaron a otros dos menores acompañados de sus padres, todos sanos y salvos, se habían encerrado al oír los gritos de la mujer, víctima mortal.