Por Albert Castillón
Durante mi vida profesional he conocido todo tipo de abogados, a menudo trabajo rodeado de ellos en radio o televisión y fue ahí donde me cruce con Juan Gonzalo Ospina, Juango para los amigos. Jamás en la historia del Colegio de Abogados de Madrid desde su fundación en 1596, un abogado tan joven (32 años) como él había llegado a ser diputado en la Junta de Gobierno. Ha sido considerado como uno de los mejores abogados penalistas de Madrid.
Su despacho, Ospina Abogados, ha conseguido diferentes sentencias favorables en el Tribunal Supremo y en la Audiencia Nacional y un gran número ha logrado un gran número de sentencias absolutorias este 2019, sumando más de 100 años de libertad para sus clientes entre todas las penas de prisión solicitadas por las acusaciones.
Uno de sus casos más recientes ha sido noticia nacional, ha logrado la absolución de su cliente, tras una sentencia condenatoria de la Audiencia Provincial de Logroño que le imponía una pena de 19 años de prisión por un delito de abusos sexuales que no llegaron a cometerse. Imagínese usted condenado a 19 años de prisión por una Audiencia Provincial y que gracias a un buen trabajo penal quede en nada.
En enero, el juzgado de lo Penal nº 10 de Madrid absolvía a un administrador de fincas acusado de administración desleal y apropiación indebida, para quien se pedía 5 años de prisión y el pago de 10 mil euros, en concepto de indemnización. De nuevo un buen trabajo de Ospina. Además es uno de los mejores abogados penalistas en delitos económicos, logró la absolución demostrando su inocencia en el juicio oral para un acusado de cometer una estafa con Bitcoins, para el que la Fiscalía solicitaba 4 años de prisión.
Tendemos a creer que nunca nos pasara a nosotros, que nada puede llegar a privar nuestra libertad, pero sucede a diario y cuando la libertad está en juego, la clave del éxito se basa en la confianza entre el abogado y sus clientes. Si algo he aprendido en estos años de periodismo, sucesos y tribunales es que la elección de un buen abogado es la diferencia entre la culpabilidad o la inocencia ante un juez.