Durante la madrugada de este lunes un grupo de más de 150 inmigrantes se han organizado para protagonizar otro salto masivo a la valla de Melilla desde Marruecos. Tres guardias civiles han resultado heridos de carácter leve.
Los hechos se han registrado pasadas las 05:15 horas cuando los agentes detectaban un grupo numerosos de personas en la zona de paso del río Nano. Ante los hechos se activó el protocolo antiintrusión desplazándose hasta el lugar varias patrullas de las fuerzas de seguridad tanto por el lado marroquí como por el español participando unidades del Grupo de Reserva y Seguridad (GRS) y servicio aéreo.
Sin embargo, a pesar del despliegue de seguridad los inmigrantes no abandonaron sus planes y comenzaron a trepar por la alambrada llegando 59 de ellos a pisar suelo español. En el altercado tres agentes de la Guardia Civil han resultado heridos así como dos inmigrantes ilegales de carácter leve.
Los inmigrantes han sido aislados fuera del Centro de Estancia Temporal de Inmigrantes (CETI) para pasar la cuarentena debido a la pandemia del coronavirus.
El último salto a la valla registrado en este punto se remonta a tan solo mes y medio repitiéndose el mismo protocolo desde el lado marroquí. Por aquel entonces, otro grupo similar de alrededor de 150 inmigrantes se organizaban de madrugada para llegar hasta suelo nacional. De aquella vez, 89 subsaharianos lograron su propósito.
Sin embargo, uno de los saltos más numerosos se registraba durante el las 06:30 del 20 de agosto de 2020 cuando hasta 300 personas saltaban de forma simultanea la valla resultando heridos tres guardias civiles y once inmigrantes. Una de estas personas fallecía al precipitarse desde una altura de cuatro metros.
Situación de los guardias civiles desplegados en la valla de Melilla
Los representantes de los agentes de la Guardia Civil llevan tiempo reclamando más medios materiales y humanos para contener este tipo de situaciones. Los agentes solicitan material antidisturbios para contener a estos grupos numerosos de personas que no dudan en emplear la violencia para conseguir su propósito llegan a rociar a las fuerzas y cuerpos de seguridad con ácido de baterías y hasta con excrementos humanos.
Una solución para evitar esta problemática y velar por la propia seguridad de los agentes pasas por reforzar la plantilla. También de dotar de mayores medios técnicos y formación así como incorporar un protocolo de actuación eficaz ante situaciones similares en la valla fronteriza.