La Policía Local de Pontevedra detuvo el lunes, 4 de diciembre, a un varón de 28 años por agredir físicamente a su expareja de 23 años. El sujeto fue engrilletado y llevado a calabozos a última hora de la tarde, informa el Ayuntamiento. Varios manifestantes de una movilización pro-Palestina oyeron gritos de auxilio desde un piso próximo.
A las 20:15 horas los efectivos comisionados al lugar de los hechos, entraron al domicilio. Se encontraron con una imagen impactante: todo desordenado y con cristales rotos. Según el parte de intervención de los uniformados, se desarrolló “una discusión acalorada” en la que la víctima llegó a ser “suspendida en el aire” y “tenía heridas en el cuello”.
Esta acción está recogida en el artículo 153 del CP en el que se establecen distintos tipos de penas en base a la gravedad que revistan las agresiones.
En este caso, la agresión está calificada como “muy grave” al suponer un peligro real para la vida de la víctima o desemboquen en la necesidad de ingreso hospitalario. El intento de asfixia se halla, por lo tanto, en el marco de esta norma.
Los efectivos, tras establecer el orden y dar solución inmediata a la compleja situación con la que se encontraron, procedieron a interrogar a testigos auditivos. Tomaron declaración de algunas personas que estaban en vía pública en el momento de los hechos. Éstos confirmaron que hubo fuertes golpes, una acalorada discusión y gritos de auxilio por parte de una fémina.
h50 quiere trasladar su respeto y admiración a los agentes intervinientes y a todos aquellos que, cada día, muestran real apoyo a las víctimas de violencia física, como ha sido el caso de hoy. Ellos lidian con estos problemas cada día, de manera real.