En el Centro de Operaciones Conjuntas de la base de Retamares varios militares con uniforme de campaña y provistos de mascarillas procesan cientos de datos en sus ordenadores. Frente a ellos una gran pantalla muestra la distribución por toda España de los más de 8.000 militares desplegados en la lucha contra el coronavirus. Esta sala es el centro neurálgico de la operación Balmis, llamada así en homenaje al médico militar que llevó la vacuna de la viruela a los territorios del imperio español en América y Filipinas a comienzos del siglo XIX.
«Estamos en guerra con un enemigo invisible y no convencional», declara el teniente general Fernando López del Pozo, comandante del Mando de Operaciones, a quien el jefe de Estado Mayor de la Defensa ha encomendado una misión sin precedentes: coordinar el despliegue de los militares por cientos de localidades de todas las comunidades autónomas para apoyar a la población y a los servicios públicos en sus esfuerzos para contener la propagación del virus.
Desinfección de zonas críticas, apoyo para hospitales de campaña, montaje de albergues para personas sin hogar, transporte de material sanitario, vigilancia de centrales nucleares… Todo aquello que requieran las autoridades competentes delegadas para garantizar la prestación de los servicios y la protección de todos, según dicta el decreto de estado de alarma declarado el sábado 14 de marzo en el país.
Fuente y fotos: Ministerio de Defensa.