Hay dos formas de medir el éxito de una fiesta:
- La repercusión mediática de sus actos y/o manifestaciones.
- Las felicitaciones, fotos y cadenas gratuitas de móvil.
La Diada ha fracasado en ambos aspectos.
El COVID puede justificar el fracaso de la primera, pero no explica la falta de esas “cadenas de wasap”, con alusiones a la “opresión española” en Cataluña que, hace escasas fechas, llenaban la memoria de los teléfonos.
LO HAN INTENTADO.
Los fanáticos, autodenominados CDR, en definitiva; los violentos que practican el odio ideológico en Cataluña, lo han intentado con escaso éxito. Les servirá para dormir felices, pero solo una noche.
Justificaron su existencia quemando un monigote y algunas fotos de políticos y Familia Real en Barcelona, o cortando las comunicaciones ferroviarias de cercanías e incluso el AVE Barcelona Sants-Lyon y AVE 9702 Barcelona Sants-París, por eso de internacionalizar el conflicto.
El mayor grado de patetismo se alcanzó durante la noche, unas 200 personas con antorchas lanzaron bengalas y botes de humo en pleno centro de Barcelona, juntos y ocultos tras las mascarillas … al más puro estilo nazi.
No han logrado abrir telediarios y cada vez son menos, hoy volverán a la dura realidad de la indiferencia y esta noche ya dormirán con su fracaso.
Los políticos que los alientan, se pasaron el día entre la celebración del acto floral con alguna bandera no reconocida y realizando declaraciones públicas sobre los “presos políticos”, reclamando lo que ellos llaman libertad … tampoco se salieron del guion que justifica su sueldo.
“Todo en orden” y mucho ánimo a quienes viven en Cataluña y tienen que soportarlos todos los días, para ellos: FELIZ DÍA DE CATALUÑA.
