Estados Unidos acaba de registrar un nuevo tiroteo masivo a civiles que se suma a los más de 500 en el último año. Esta vez ha ocurrido en Maine donde las autoridades confirman el fallecimiento de al menos 22 personas por arma de fuego y 60 heridos.
Los hechos se sitúan en la localidad de Lewiston cundiendo el pánico entre la localidad de 37.000 habitantes. El asesino ha sido identificado como Robert Card el cual puso el punto de mira de su arma larga en hasta tres escenarios distintos donde abatió fríamente contra los civiles.
Una vez más, surge el debate sobre la tenencia y venta de armas largas y munición así como su respectiva legislación mientras la policía mantiene el dispositivo abierto. La escalada de violencia parece no tener límites mientras todavía es demasiado pronto para analizar las circunstancias que motivaron a este sujeto a emprender una masacre indiscriminada
contra inocentes.
Varias autoridades han expresado sus condolencias y condena por estos hechos aunque lamentablemente, en vista de los registros, todo apunta a que la dinámica entre hechos, consecuencias y legislación al respecto
continuará igual en el país norteamericano.