Desde un punto de vista operativo, dos son son las características principales del terrorismo etarra. Hablamos en presente debido a que aún quedan muchos asesinatos sin juzgar, o terroristas como Iñaki Bilbao, asesino en “huelga de comer poco”, hasta que su “pueblo” recupere la libertad:
1º.- Son asesinatos a sangre fría. En general emplean el tiro en la nuca, por la espalda o utilizan un explosivo, garantizando y asegurando la muerte de su víctima:
- 30 de julio de 2009, Diego Salvá Leza, asesinado por la explosión de una bomba lapa adosada a los bajos de su vehículo policial, era Guardia Civil. Tenía 27 años, era su primer día de trabajo; “iba con la ilusión de un niño”, manifestó su madre.
- Eduardo Antonio Puelles García, Inspector jefe del Grupo de Vigilancias Especiales de la Brigada de Información de la Policia Nacional, asesinado por la explosión de una Bomba lapa adosada a los bajos de su coche. Era padre de dos hijos. Su viuda en un acto posterior al asesinato manifestó; “no son presos políticos, no, es mentira, son asesinos” … nacionalistas vascos criticaron su discurso; “no se puede dejar el discurso a la viuda…Es mejor que las viudas no hablen” (El País, 22/06/2009).
- 3 de diciembre de 2008, Ignacio Uría Mendizábal, tenía 71 años, asesinado tras ser tiroteado cuando se dirigía a un restaurante, era empresario.
- Isaias Carrasco Miguel, 7 de marzo de 2008, asesinado tras ser tiroteado en su coche, junto al portal de su casa, cuando se disponía a ir a trabajar, Exconcejal del Partido Socialista de Euskadi, tenía una hija y ya se había retirado de la política.
- 30 de diciembre de 2006 Diego Armando Estacio Sivisapa, asesinado al explotar una furgoneta bomba en el aparcamienrto de la T4 del aeropuerto de Barajas (el cuerpo fue hallado sepultado dentro de su coche por los escombros una semana después). Era un joven ecuatoriano de 19 años, no sabía lo que era ETA.
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Son cientos de casos los que podemos relatar, cada asesinado es una vida truncada, una historia, una familia … Todos ellos fueron ejecutados con el mismo modus operandi, buscando asegurar el hecho y una frialdad que limita el razonamiento humano.
2º.- Son asesinatos muy planificados, si el terrorista etarra no asegura su huida, no se ejecuta el plan. Nos podríamos asombrar del número de atentados que no se llevaron a cabo por esta causa.
A diferencia del terrorismo fanático de carácter yihadista, donde el asesino suele fallecer, entregando su vida al fin previsto, el etarra posee infraestructura, dinero, armas… y hasta sueldo.
Un sueldo que, en su momento, era pagado por la propia banda terrorista. Hoy, en muchos casos, lo paga el estado.
En 2011 Luis Marugán, ex teniente de la Guardia Civil herido por ETA, llegó a afirmar; «Los etarras, en un plazo no muy largo, van a tener un sueldo del Estado». El tiempo le ha dado la razón.
“Me ahogo, me ahogo, me ahogo en este albañal y me duele España en el cogollo del corazón”. Unamuno.