Dignos sucesores del odio más absoluto. El adoctrinamiento sistemático sigue dando el rédito deseado por la jauría abertzale. Tras varias décadas inoculando odio y rabia desde etapas infantiles hasta la juventud, hoy en día tenemos una parte de la sociedad vasca que sigue enferma crónica de terrorismo etarra. Pueden llamarlo como quieran, pero a todos los efectos sigue siendo apología del terrorismo.
No es necesario elaborar un extenso argumento ya que la imagen se explica sola, y es que basta con ver las imágenes de un menor de edad encañonando con una escopeta de juguete a unos cabezudos caracterizados como guardias civiles para inevitablemente volver a pensar en oscuros tiempos pasados. ¿Dónde está la fiscalía?..
Se escandalizan porque un menor de edad asista a una corrida de toros, pero en cambio participar en la simulación del asesinato de un guardia civil les debe parecer muy didáctico. Les conmueve el acoso escolar y promueven campañas para concienciar a los jóvenes, a la vez que les disfrazan de gudaris y les jalean cuando aprietan el gatillo contra la policía. Demencial.
Ni sé dónde está el defensor del menor, ni tengo constancia de que ningún organismo gubernamental haya mostrado su repulsa y condena ante unos hechos que rozan lo delictivo y sobrepasan lo despreciable. Esos defensores de los niños que se rasgaban las vestiduras porque asistían a un espectáculo circense con animales y denunciaban maltrato animal son los mismos que ahora hacen la vista gorda y no critican lo poco pedagógico que resulta darle un arma simulada a un niño para que se divierta disparando a guardias civiles.
La hipocresía está a niveles nunca antes imaginados. Se afanan en salir con pancartas y banderas palestinas en defensa de la paz en Gaza y sin embargo aquí a sus niños les incitan a jugar a ser verdugos asesinos.
Es un insulto a la sociedad vender la imagen de normalidad y convivencia ejemplar en un lugar donde sólo viven tranquilos aquellos que comulgan con los postulados abertzales, pues el resto quedan relegados a subsistir en un ambiente pérfido y altamente tóxico. El blanqueamiento de ETA y de los que aun forman su brazo político por parte de las instituciones va surtiendo efecto, cada vez son más los que creen que el terrorismo de ETA era un mal sueño del que nos hemos despertado.
Las fuerzas y cuerpos de seguridad se han dejado literalmente la vida luchando contra ETA y parece que tanto esfuerzo ha sido en vano. La extorsión a empresarios, las amenazas a periodistas, a jueces, el señalamiento a concejales, los brutales asesinatos de miembros de las fuerzas armadas, de la policía y guardia civil y los atentados indiscriminados contra la población son tapados por el aura angelical de los nuevos adalides de la concordia y la paz mundial.
Nos lanzan discursos propios de Miss Universo y sus actos siguen siendo exactamente igual de siniestros. Se quitaron las capuchas y la chapela y aunque disfracen sus intenciones con proclamas de justicia social y un mundo mejor… a muchos no nos engañan
Lo he dicho en otras ocasiones… Una sociedad enferma de odio va directamente a la autodestrucción.
ETA no ha desaparecido. La serpiente aunque mude la piel sigue siendo una serpiente.