Antes de empezar, quería comentar una cosa; y es que, en mi opinión, hay dos tipos básicos de policías en cuanto a su formación, los que se quedan única y exclusivamente con la formación que les da su administración o su cuerpo policial, y los que además se forman por su cuenta y de su bolsillo de manera privada, ya sea mucho o poco.
Lo que escribo, va dirigido a ambos, faltaba más, pero creo que pueden tener más impacto en ese primer grupo que cree tener suficiente con la formación que ha recibido de su administración y se sitúan en la conformidad. Espero poder despertar cierta inquietud por aprender y por llegar un poco más allá. Eso ya sería un triunfo para mí.
Por eso mis artículos pretenden ir a lo básico y ser sencillos y rápidos de leer. De los que ya tienen la inquietud por formarse, ni me preocupo, sé que se seguirán formando.
Vayamos pues, “al lío”
Me está dando la sensación de un tiempo a esta parte, que hay un gran desconocimiento sobre el “inmovilizador eléctrico” que ha adquirido la Policía Nacional. En adelante lo llamaré por su nombre, Táser.
Desconocimiento en cuanto a su funcionamiento, uso y función. Por lo tanto, voy a intentar arrojar algo de luz sobre sus posibilidades y funciones. Sobre el funcionamiento… ya os lo explicarán, no demos más pistas…
El Táser es un aparato electrónico y a la vez un arma de baja letalidad, para nosotros una herramienta, y hay que entender que no viene a sustituir a ninguna de las que ya tenemos, solo viene a ser una más y a aportar sus beneficios en las situaciones en las que sea conveniente su uso. ¿Qué situaciones serán esas? Eso como siempre será decisión del que está a pie de calle, eso no va a cambiar.
Ahora bien, desde mi punto de vista, el Táser es una herramienta fantástica que podrá ayudarnos en multitud de intervenciones, en muchas de ellas sin llegar a hacer uso de él, y esto se debe a dos cosas, y ambas deberían convivir in-negociablemente juntas, la cámara y el propio Táser.
No voy a entrar a valorar el “magnífico” protocolo desarrollado por la Administración para el Dispositivo de Grabación Unipersonal (DGU), la cámara. Particularmente llevo años defendiendo la implantación de este dispositivo en las policías españolas por varios motivos. Nos obligamos a trabajar de manera impecable, esas grabaciones servirán para nuestra defensa en última instancia, teniendo siempre a nuestra disposición una prueba sin manipular de nuestra actuación y, sobretodo, en muchas ocasiones, el simple hecho de grabar la intervención evitará la intervención. Si a eso le sumamos que el Táser también entra en juego, habrá un porcentaje de situaciones en las que “se podría haber liado”, pero al final no.
Hasta ahora solo me estoy refiriendo a esas intervenciones en las que no nos hará falta sacar el Táser de su funda, en las que la simple presencia policial, será suficiente para que el personaje de turno deponga su actitud, evitando con ello un posible revolcón y algún compañero de baja por un dedo fracturado, un esguince o algo peor.
Ahora viene lo gordo, ¿Táser o pistola? ¿Pero es que hay que elegir? Como ya os he dicho, es una herramienta más, y tendremos que valorar la intervención, ya que cada una es un mundo y cada operador otro. Lo que sí tengo clarísimo es que este dispositivo debería erradicar de manera absoluta esas intervenciones en las que vemos a varios policías acercándose a alguien armado con un cuchillo e intentando arrebatárselo con golpes de extensible, de defensa, haciendo barridos, tirando elementos de obra, echándole arena en los ojos…
Arma blanca = Distancia, no le demos más vueltas.
Y eso sí, que a nadie se le ocurra ir a por el del cuchillo con su flamante Táser, sin un compañero que le apoye con su arma de fuego.
Binomio inseparable: arma de fuego y Táser
¿Estoy diciendo en algún momento que si hay un cuchillo u otro arma de por medio se debe usar el Táser? NO, NEGATIVO, NON, NEIN, NIE… al que ponga en juego mi vida o la de otro, al que acometa armado…
… yo lo tengo claro, ¿Y tú?, mi decisión está tomada hace mucho, ¿Y la tuya?
El dispositivo no es siempre eficaz, pueden ocurrir muchas cosas, y no me gustaría verme en la situación de estar delante de un malo que me acomete con un cuchillo, un hacha, una barra de hierro, un bate de béisbol… y yo con el Táser inoperante y mi compañero a mano desnuda, con la defensa o con otro Táser… ya puedo ir rezando a San Pedro.
Porque no nos engañemos, el Táser no es la panacea
Repito, el Táser no es infalible, hay multitud de vídeos, en los que se ve que falla. Por eso, siempre debemos tener un plan B, ya sea de huída, de ataque, de defensa, de lo que sea, pero un plan B. También hay muchos más videos, en los que funciona, y gracias a ello, nos podremos evitar muchos revolcones, correr riesgos innecesarios y muchas denuncias falsas gracias al uso de estos dos dispositivos, que recuerdo, deberían ir juntos.
Táser y cámara siempre juntos, esas son las condiciones.
Y, dicho sea de paso, y ya no necesariamente ligado al uso del Táser, estaría bien dejar de ver esas intervenciones en las que, por ejemplo, ante una persona armada con un cuchillo, según van llegando más indicativos, le vamos rodeando (me incluyo porque seguro que yo también lo he hecho).
Si rodeamos a un animal salvaje, lo más probable es que ataque, y si ataca a alguno y le tenemos rodeado, ni el compañero que esté siendo acometido ni ningún otro, podrá hacer fuego sin provocar una situación de fuego amigo. Por favor, sentido común.
A partir de ahí, sois grandes profesionales, cada intervención debe ir dirigida por el sentido común, y él os dirá como intervenir y, con un poco de suerte, aunque sea “más aburrido”, la intervención se resolverá “Con Presencia”.
Sobra decir que todo esto que os digo es simple y llanamente mi opinión personal basada en mi experiencia, en mi formación y en mi sentido común. Como la mía hay otras, así que sed críticos, opinad y así seguiré aprendiendo. Gracias.
Fórmate, mantente alerta, no te confíes