Manuel Avilés, escritor y director de prisiones jubilado, columnista de h50 digital
Hoy voy a empezar tirando la casa por la ventana: estoy hasta los cojones. Ya lo he dicho. Si me publican el artículo, se enterarán.
He pensado mil veces dejar de escribir porque cada día veo que sirve para menos. ¿Por qué me odia fulano y fulana y mengano y mengana si jamás les he hecho un favor? Y aquí me tienen, como Churchill, meditando sobre el odio político, que tiene mucho en común con el odio a secas, sin adjetivos. Manía, ganas de verte desaparecido del mapa, cadáver y con las cenizas encima de la cómoda, en una urna barata de cerámica y sin saber qué hacer con ellas.
Hasta los mismísimos de los análisis televisivos. Todos los opinadores profesionales y a sueldo, se creen una mezcla de Maquiavelo, Mazzarino, Richelieu y el Cardenal Cisneros cuando reflexionan sobre la situación política y solo escriben y dicen obviedades. Acabo de oír a Patxi López – nótese el apellido vasco- un vividor de la política, como Simancas o como Pepe Álvarez, que en su vida han tenido un trabajo fuera de esos entramados que se empeñan en imprescindibles. Dice López: Hemos superado el proces. Y acto seguido sale una señora pequeña en el Senado diciendo: vamos por el referéndum, Visca Catalunya lliure. Está claro que el proces ya no existe.
El día que yo mande – si es que es día llega- voy a coger a unas docenas de articulistas, analistas, criminólogos de salón, escritores de moqueta, reflexionadores de aire acondicionado y filósofos de prono supino y los voy a meter presos a todos en el castillo de Chinchilla en invierno para que reflexionen en serio. Con una ley ad hoc ya que estamos acostumbrados. Una ley para ellos solamente, como la de la amnistía, que me recuerda un cuarteto que aprendí de Don Julio Caro Baroja: El señor don Juan de Rodres/ con caridad sin igual/ hizo esta gran hospital/ y después hizo los pobres. Está clarísimo pongo la venda y la herida caerá por sí sola.
He ahí el método. Me invento una ley que me aproveche y luego ya encontraremos a quien aplicarla. ¡Cómo ha caído la Justicia! ¡Qué bajo! Ya no es un cachondeo como decía el alcalde Pacheco, el de Jerez de la Frontera. Ya es una comedia bufa, a pesar de tantos jueces con la cabeza magníficamente amueblada, que saben derecho por un tubo, que son honrados, pero que no pueden evitar la ola, de los grupos de presión, que los engulle.
Llevo varios días viendo estadísticas similares en cada telediario. No faltan nunca las de Tezanos, ese adivino a sueldo del poder que ya ha extrapolado a toda España, desde Lugo hasta Almería y desde Huesca hasta Badajoz, los resultados de Cataluña y da a Sánchez cinco puntos más que a Feijoo en sus pronósticos.
El resumen es fácil. Ha ganado claramente Salvador Illa, le sigue Puigdemont a siete escaños. La maldición del siete porque siete han sido los votos que han hecho a Sánchez cargarse el principio de igualdad y hacer una ley “ad hoc”, a la medida de Puigdemont, haciendo un giro radical sobre su pensamiento anterior y jurando que es por el bien común cuando solo es por el bien propio, o sea, el de su permanencia en la Moncloa.
Ha ganado Illa pero no tiene escaños bastantes para gobernar. Los votos de la derecha no se los vana dar por la cara. Necesitaría los de Junqueras y alguno más. Puigdemont, que de tonto no tiene ni un pelo, ha dicho: Yo también quiero ser presidente y ya ha enseñado los colmillos.
Hombre, le han dicho: tú no has ganado las elecciones. Y él responde: tampoco las ganó Sánchez y está gobernando. Llega el momento de las componendas y Puigdemont, que sabe fugarse en un maletero y poner al país contra la pared para que perdonen el golpe de Estado, tiene claro que si Sánchez impide que él sea Presidente de Cataluña, tiene poco sentido que él lo sostenga como presidente de España. Ese es un viejo principio jurídico que yo estudie hace mil años y que nunca me sirvió para nada: Do ut des. Yo te doy para que tú me des. Así de claro.
Y ahora nos encontramos en una grave encrucijada. Illa ha ganado, pero los esquerras no Para no depender de los sé si están por apoyarlo. Puigdemont no ha ganado, pero le va a exigir a Sánchez que venda a Illa y apoye su presidencia para seguir apoyando él la estancia de Sánchez en la Moncloa. Ahí se va a desarrollar una guerra soterrada peor que la de Ucrania o la de Gaza. De esa no nos vamos a enterar porque los navajazos se van a dar por debajo de la mesa.
Sánchez aguanta la ley de amnistía para que Puigdemont tenga que seguir huido. Sánchez, profesor de Maquiavelo que ya lo he dicho más veces, hace a Illa presidente o Sánchez abandona a Illa para seguir con el apoyo Puigdemonés. Un grandísimo lío.
Cabe otra alternativa revolucionaria que llamaríamos “Postura Tezaniana”. Sánchez hace a Illa presidente catalán y, como César cuando consultaba a los augures y escrutaba las entrañas de lo pollos en la Guerra de las Galias, se aconseja de su círculo de arúspices, Tezanos a la cabeza y aprovecha el tirón: “Españoles todos, los Puigdemones nos han engañado. No quieren respetar a las urnas. Hemos normalizado Cataluña con Illa y ahora vamos a hacer lo mismo con España – hace dos días oí a Artur Mas distinguir Cataluña y España como si fueran dos estados independientes- Para poder prescindir de todos los que ofrecen sus votos a cambio de privilegios inadmisibles – Sánchez es experto en defender una cosa y su contraria, como Aznar, como Rajoy, que en política, nunca jamás quiere decir que no en los próximos diez minutos, conforme a la doctrina Kubati-. Para no depender de los que andan con chantajes en el Congreso, siguiendo al gurú Tezanos, pido que me voten tan masivamente que no necesitemos su apoyo para arreglar España. Y vamos a elecciones.
¿Esto puede ser verdad o estoy desvariando? No creo, pero es posible porque mañana voy a quedar con quien podría haber sido el gran amor de mi vida, si mi madre me hubiera tenido veinte años después y no cuando aún andaban los cromañones por la tierra.
¡Qué asco de política! ¡Qué manera de venderse por un plato de lentejas, un coche oficial, un palacio, una escolta, un sueldo estratosférico y mil individuos haciendo genuflexiones a tu paso!
Perdona señor a los que dicen que el proces ha terminado porque no tienen ni puta idea de lo que hablan y a mi…llévame pronto.
Menos al que hoy, Laura Conesa, ha presentado en Cartagena su poemario “Poemas Poemenos”. No soy mucho de poesía dado mi ser carcelario, de colegio interno de curas y de mili en artillería con hostias como panes en todos los sitios. No soy mucho de poesía pero me quito el sombrero ante la sensibilidad, la dulzura, la acidez, la inteligencia, la finura, la imaginación y el estilazo de esta chiquilla grande. Es fea, lo sé. No se puede tener todo ¡Cojnes! Le mando al editor su foto para demostrarlo ya que en la portada del “357 Magnum. Por ti me juego la salvación” la saqué sin cabeza, es la que sostiene el revólver, para no despistar a la peña del pistolón y su mensaje.
No sé si segurié escribiendo o empezaré a prepara la maleta para Zuera, para Herrera de la Mancha o para Soto del Real. Os tendré informados.