Tierra de leyenda, de artesanía y rica gastronomía, de monumentos, aventuras legendarias y arqueología. Castilla-La Mancha es un tesoro en cinco provincias extensas del tamaño de muchos países europeos como Bélgica o los Países Bajos, es decir: Holanda. Trigo y viñedos, aire envuelto en aspas de molinos que traen recuerdos de El Quijote y Dulcinea. Siete parques arqueológicos, un alcázar real, las casas colgadas, ciudades Patrimonio de la Humanidad y un Festival Internacional de Teatro Clásico que se ha convertido en referente mundial para los amantes de la escena.
Todo eso, y mucho más, tan cerca que atrapa. Por eso te proponemos 5 planes para descubrir este territorio en pareja, por nuestra propia cuenta, en familia o con amigos. Cualquier modalidad te llenará de recuerdos y magníficas experiencias inolvidables. Bienvenidos a Castilla-La Mancha, un viaje al interior de España y su historia.
1.-La ruta de El Quijote
Igual que el famoso hidalgo, nos adentramos en la ruta que siguió este en el libro de Cervantes.
Declarado itinerario cultural europeo por el Consejo de Europa, la ruta de Don Quijote discurre por el territorio de Castilla-La Mancha siguiendo las andanzas del caballero don Quijote. En su recorrido atraviesa los mismos parajes naturales donde Cervantes situó las andanzas de Don Quijote de la Mancha y su fiel escudero. La ruta de El Quijote recorre las cinco provincias de la región.
Entre sus joyas culturales e históricas, encontramos:
Los molinos de viento de Consuegra, Campo de Criptana y sus molinos centenarios, Alcázar de San Juan o Mota del Cuervo, Puerto Lápice, las Lagunas de Ruidera, la Cueva de Montesinos y Argamasilla de Alba, el Castillo de Almonacid de Toledo, El Castillo de Peñas Negras, el museo de Sara Montiel, El museo del vino en pilón, el museo Cervantino, la cueva de Montesinos, Castillo de Rochafrida…
El itinerario recorre un variado mapa de paisajes ricos en ecosistemas protegidos donde se pueden practicar todo tipo de actividades en la naturaleza, (senderismo, piragüismo…).
2 – El Alcázar de Toledo
En la parte alta de la bella ciudad de Toledo, se encuentra el Alcázar. Se trata de una antigua edificación fortificada de gran valor histórico. Su nombre proviene de la palabra “Al Qasar” que en árabe significa fortaleza.
Se usó como palacio romano en el siglo III D.C., fue reconstruido bajo el reinado de Carlos V y casi destruido en su totalidad durante la guerra civil española y vuelto a reconstruir a partir de 1940. En él puede visitarse la sede de la Biblioteca de Castilla-La Mancha y el Museo de Ejército con importante documentación y gran cantidad de objetos pertenecientes a toda su historia. Recomienda comprar tus entradas con antelación para evitar esperas.
3 – Casas Colgadas en Cuenca
Uno de los símbolos más característicos de Cuenca, si no el que más, son las casas colgadas, que no colgantes como se suele decir. De arquitectura gótica popular. Han sido utilizadas históricamente como viviendas de uso particular y casa consistorial. Hoy en día acogen el museo nacional del arte abstracto. Su visita es obligada para todos los amantes del arte.
4 – Festival internacional de teatro clásico. Almagro, Ciudad Real
Más de 60.000 personas se reúnen cada año en el mes de julio para asistir a numerosos espectáculos, eventos y actividades donde los versos y los cómicos venidos de todo el mundo se mezclan con los espectadores
Más de veinte lugares mágicos sirven como escenario durante este festival, (iglesias, ermitas, claustros, plazas, museos…). Entre todos ellos, destaca el corral de comedias, monumento nacional desde1955 y único edificio de este tipo en todo el mundo.
Un evento único para revivir el Teatro Español del Siglo de Oro y la gran producción teatral que marcó el arte durante los siglos XVI y XVII en todos los territorios de la corona española. Un momento de gran esplendor donde destacó la figura del genio creador Lope de Vega que revolucionó las representaciones de arte popular que se llevaban a cabo en las calles y las plazas.
5 – Parque arqueológico de Libisosa, Albacete
Muy próximo al municipio de Lezuza, Albacete, y a 1.005 metros de altitud se encuentra el parque arqueológico de Libisosa.
Fue asentamiento humano desde la edad de bronce, colonia romana de la que adquirió el nombre de Libisosa y complejo defensivo religioso-militar desde la reconquista hasta su posterior abandono.
Se requiere siempre cita previa. El precio de la entrada es de 3 euros y comprende el servicio de guía, colección museográfica y yacimiento.
Libiosa es uno de los siete parques arqueológicos que se pueden visitar en Castilla-La Mancha. Recópolis, Segóbriga, Tolmo Minateda, Alarcos, Carranque y Cerro de las Cabezas forman la lista completa de este espectacular conjunto a través del que podemos revivir la historia del pasado desde nuestro presente.
6 – Palacio del infantado. Guadalajara
Construido hacia 1480 por el arquitecto Juan Guas y el tallista Egas Coeman a instancias del II Duque del infantado, el palacio del infantado es una mezcla entre palacio y fortaleza, en el que conviven varios estilos artísticos, donde podemos apreciar la estética del pensamiento humanista en España. Todo el edificio respira esplendor, desde su fachada hasta sus decoraciones interiores, habiendo presentes elementos góticos, decoraciones mudéjares y un indudable espíritu renacentista. Cristianos y musulmanes trabajaron unidos en su construcción.
En su interior se encuentra el Museo de Guadalajara y es aconsejable la visita de la fachada y el patio, conocido como el patio de los leones.
7 – Casa museo de Dulcinea del Toboso. Toledo
Según la tradición, al casa perteneció a la familia Zarco de Morales, uno de cuyos miembros, Doña Ana, parece ser la figura que inspiró el personaje de Dulcinea en el Quijote.
El principal atractivo del museo es la recreación ambiental de la época de Cervantes, donde veremos los caracteres de la casa manchega de un hidalgo con sus diversas dependencias: Molino, bodega, patios, corrales, pozos…
*Artículo patrocinado por turismo de Castilla-La Mancha
