Que el ser humano es susceptible al engaño es algo contrastado a lo largo de la historia. Siempre ha habido y habrá pillos que utilicen malas artes e intenten llevarte a su terreno para aprovecharse de ti. Estafadores, prestamistas de farol y demás delincuentes que se valen del engaño, son personajes conocidos tanto por la policía como por el ciudadano.
Cuando hablamos de manipulación y engaño en el campo delincuencial, la mente nos lleva directamente a pensar en timos o estafas. En este ámbito existe una parcela menos conocida y quizá muchísimo más peligrosa. El daño material o económico sufrido por ser víctima de una estafa no se puede comparar al daño sentimental y psicológico como consecuencia de la pertenencia a una secta. Dicho ésto, no debemos obviar que en muchas ocasiones las sectas también se hacen con parte de los bienes económicos y patrimoniales de sus nuevos miembros suponiendo un perjuicio enorme para el captado.
El engaño y la manipulación les dejan sin dinero y prácticamente sin alma.
Cómo y cuando actúan.
Las sectas se valen de la manipulación, de la sugestión e incluso de la amenaza, todo ello infundido premeditada y maliciosamente hacía personas que de algún modo se encuentran en una situación de vulnerabilidad emocional.
La falta de afectividad, una socialización casi nula, encontrarse en un estado de depresión, etc son factores que en muchas ocasiones abocan al individuo a desear resolver sus dudas existenciales o vivir nuevas experiencias. Es justo en ese momento crítico, en el que resulta tremendamente fácil ser captado por alguna secta.
Pará la mayoría de las personas caer en las manos de una secta puede parecer complicado, pero la realidad es bien distinta. Internet y la globalización facilitan a la sociedad una conexión sin límites. La evolución de las redes sociales ayuda a generar nuevas relaciones personales, y los delincuentes emocionales se sirven de ellas para acceder a nosotros.
Una vez conectados, con sutil persuasión se ganan la confianza del nuevo adepto. Cuando el adoctrinamiento es pleno y le tienen anulado sin posibilidad de retorno, comienza otra fase en la que los patriarcas de su “nuevo familia” ya no son tan amables y empáticos. Llegó el momento de aplicar diversas técnicas coercitivas para el control de adeptos, y hacerles ver que el hecho de salir del grupo será prácticamente imposible.
Prevención y actualización policial
Toda precaución es poca para evitar caer en las redes de una secta. Bien sea por la prevención o para la intervención en casos detectados, la Policía Nacional tiene un Plan Preventivo pionero contra las sectas destructivas. Una de las medidas más efectivas es la habilitación de un correo electrónico anónimo para recibir información sobre comportamientos sospechosos que denoten la posible actividad de alguna secta, la denuncia de casos conocidos, etc.
“sectasdestructivas@policia.es”
Hay que recalcar que tanto el correo electrónico, como el personal policial que engrosan los grupos de investigación especializados en sectas, no sólo realizan una acción operativa directa, sino que su labor se extiende también al asesoramiento y a la asistencia a la ciudadanía en esta cuestión particular.
Información y efectividad.
La recepción y análisis de una información recibida en ese canal de comunicación directo entre el ciudadano y la policía, ha derivado en una operación policial en la Región de Murcia. En dicha intervención, los agentes pudieron desarticular un grupo criminal sectario cuyo líder suministraba “mercurio purificador” a sus adeptos. Al dañó psicológico, al moral, al económico también sumamos el de la salud. La ingesta de “sustancias o elixires milagrosos” pueden provocar daños verdaderamente graves en la salud de quien los toma.
La prevención, la intervención y la colaboración entre sociedad y policía son fundamentales para evitar caer en las redes de oscuros pescadores de almas.
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