Desde APROGC remarcan que políticos, ONGs y medios de comunicación ya quedaron retratados cuando trataron de manosear, para sus intereses particulares, la realidad de lo sucedido en el Tarajal de Ceuta en el 2014, trasladando a la opinión pública una versión de los hechos que nada tenía que ver con la realidad.
Indican que tuvo que ser finalmente una sentencia judicial, la que pusiera fin a una situación esperpéntica en la que 16 Guardias Civiles tuvieron que aguantar la injusticia de verse acusados durante años por delitos de homicidio; sus carreras truncadas, su reputación en entre dicho y sus familias con el alma en vilo. “Ahora y nuevamente a raíz de la muerte de más inmigrantes, los Guardias Civiles de Melilla volvemos a ser cuestionados por nuestro trabajo en la valla”.
Desde APROGC quieren dejar claro que estas muertes se podían haber evitado y que el causante de estos lamentables acontecimientos vuelve a ser el efecto llamada, causado en parte por la hipocresía de quienes ahora les acusan.
Venían avisando desde hace años que la aplicación sistemática del rechazo en frontera, pese a ser legal, ha conllevado que los inmigrantes sean cada vez más violentos, por que creen que agrediendo a los guardias civiles y superándolos, van a conseguir entrar en Europa.
Hace años que piden que todos los inmigrantes que salten las vallas violentamente, sean puestos sistemáticamente en frontera en virtud del Acuerdo de Readmisión que España y Marruecos firmaron en 1992. Sin embargo, pese a las supuestas buenas relaciones entre ambos países, España no es capaz de hacer que Marruecos cumpla dicho acuerdo. Si se aplicase el Acuerdo de Readmisión, los saltos violentos desaparecerían y los derechos de los inmigrantes serían escrupulosamente respetados antes de ser puestos en frontera. “De esa forma los Guardias Civiles dejaríamos de ser continuamente cuestionados por cumplir con nuestro deber”.
La aplicación del Rechazo en Frontera pone en peligro a los guardias civiles, les condena a combatir cuerpo a cuerpo con los inmigrantes y a sufrir salvajes agresiones con piedras, palos y garfios aumentando exponencialmente el efecto llamada y la violencia de los futuros saltos.
Desde APROGC exigen al Gobierno que defienda públicamente a los guardias civiles de Melilla, y que si Marruecos no cumple, que recurra a la Unión Europea para ejercer un efecto palanca sobre Marruecos que le fuerce a cumplir el Acuerdo de Readmisión.