No fue el día más afortunado, aquel 17 de noviembre de 2018. para V.L.P., un presunto “camello” de poca monta que trataba de vender por la calle cocaína a dos varones que resultaron ser guardia civiles.
Los agentes caminaban tranquilamente por la calle compostelana Rúa Nova, cuando un desconocido les abordó ofreciéndole cocaína. Lo que éste no sospechaba era que sus improvisados clientes eran dos guardias civiles fuera de servicio y que no por ello iban a hacer la vista gorda.
Tras el ofrecimiento, los agentes se identificaron automáticamente como guardias civiles, procediendo a retener al presunto camello, al que le constan numerosos antecedentes por tráfico de drogas, hasta la llegada de una dotación de la Policía Nacional.
Durante el correspondiente cacheo, los policías le intervendrían una cantidad de 3,24 gramos de peso neto de cocaína, comprobándose posteriormente que poseía una riqueza del 50,2 %. Su precio en el mercado ilícito está tasado en 218,54 euros.
La Fiscalía solicita para el presunto traficante la pena de cuatro años de prisión y una multa de 655 euros por un delito de contra la salud pública. El juicio tendrá lugar el próximo jueves ante la la Sección Sexta de la Audiencia Provincial de A Coruña, con sede en As Fontiñas, Santiago.
Esta actuación demuestra una vez más que tanto guardias civiles como policías no pierden tal condición cuando dejan su uniforme en la taquillas de sus comandancias o comisarías. Siempre están al pie del cañón, las 24 horas del día, con el único propósito de proteger y servir al ciudadano.