A nivel general cada categoría delictiva tiene una época, condiciones y circunstancias, que favorecen su realización. Como ejemplo, encontramos que en verano las mafias organizadas “hacen su agosto” con los robos en domicilio, o como los “profesionales del hurto” aprovechan las grandes aglomeraciones para hacer lo propio.
A nivel policial lo mas llamativo que encontramos en esta época son los robos en cementerios, en el mundo delincuencial nada se respeta, no existe lo imposible y desde luego, importan muy poco los sentimientos de las víctimas.
El día uno de noviembre visitamos el cementerio, previamente engalanado con flores, motivos decorativos … y esto también forma parte de lo ajeno, con suficiente valor para ser sustraído y revendido.
CLASIFICACIÓN
Año tras año llegan a nuestras dependencias numerosas denuncias que podemos, para una mayor comprensión, clasificar en
- Robo de flores para su reventa, son “retiradas” de las tumbas y revendidas en puertas de otros cementerios, muy propio de estas fechas. La pérdida económica no es significativa, el daño moral sí.
- Robo de ornamentos de cobre, en agosto de este año se investigó la desaparición de casi 400 columbarios en secciones muy concretas de los cementerios de La Almudena y Carabanchel (Madrid), tras la denuncia interpuesta en la comisaría de Ciudad Lineal.
- Profanación de tumbas, ocurrió por ejemplo en el cementerio de Montjuïc con los nichos que se vinieron abajo el 15 de septiembre de 2017, un verdadero desastre; en algunos casos, apareció solo la mitad de un cuerpo, en otros, el ataúd que aparece no tiene nada que ver con el que la familia eligió para su muerto… Sin entrar en los motivos, son muchos los episodios delictivos de profanación que encontramos en nuestro país.
- Delito de daños en nichos, tumbas, cruces … en ocasiones responde actos de gamberrismo, venganza, apuestas …. Estadísticamente son, dentro de estos apartados, las denuncias más numerosas.
COMENTARIOS
La cuantificación económica es variable dependiendo de la acción o daño ocasionado, aunque sin duda, el mayor problema en estos casos es el daño moral que ocasiona a las víctimas (parientes del difunto profanado o dueños de la tumba).
El código penal tipifica estas conductas en su articulado con diferentes especialidades delictivas; daños, hurto, profanación de cadáveres…
La investigación policial evidentemente depende del delito concreto, a nivel general pasa por recabar cantidad de datos en la denuncia y antecedentes de hechos similares en la zona, sin olvidar que la mayor parte de los objetos sustraídos terminan revendidos en el mercado negro.
La colaboración ciudadana es vital en este tipo de investigaciones.
