Los hechos se remontan a junio cuando la Guardia Civil de Valencia tuvo conocimiento que una pareja se dedicaba a la venta de sustancia estupefaciente. Se trata de detuvo a un hombre de 38 años y una mujer de 37 años. Lo curioso es que utilizaba el carrito de su hijo para ocultar y repartir la cocaína en el municipio de Chelva.
Los compradores contactaban con la pareja a través de una aplicación de mensajería instantánea. Después solicitaban la cantidad de sustancia que querían y pactaban la hora de recogida. EN ocasiones el reparto lo hacían en el carrito de su hijo.
En el registro del domicilio hallaron más de 850 euros en efectivo, varios envases para distribuir la cocaína y un listado de compradores morosos que debían dinero por la mercancía fiada.