A pesar de los esfuerzos gubernamentales de impulso al despliegue de redes en la España rural, todavía persiste una amplía España desconectada.
Con los datos publicados por el Gobierno para junio de 2020, parece imposible cumplir con el objetivo marcado por Agenda Digital para Europa, por el que toda la ciudadanía debería poder conectarse a Internet a una velocidad de, al menos, 30 megabits por segundo.
Aún existen casi 3.000 poblaciones en donde no es posible acceder una conexión fija de alta velocidad, concentradas en una gran parte en Castilla y León.
Aún se registran 2.537 poblaciones en todo el país sin una sola posibilidad de acceder a redes de fibra óptica con una velocidad de 100 Mbits/seg, que vetarían esta facilidad a 381.902 personas.
Además, si se amplía la mirada a aquellas poblaciones con graves problemas de cobertura de fibra óptica, el número de personas afectadas ascendería a 881.909. Se trata de casi un millón de personas sin acceso a una conexión de calidad que permita simultanear el teletrabajo con, por ejemplo, la educación a distancia de sus hijos, la salud virtual o el entretenimiento online. Y otro tanto podemos decir de las empresas sitas en estas ubicaciones, que no podrán competir en pie de igualdad al no poder acceder al e-commerce.
Así lo recoge la Unión General de Trabajadoras y Trabajadores en su análisis del estado de la Brecha Digital de orden territorial, aprovechando la reciente actualización de datos por la Secretaría de Estado de Telecomunicaciones e Infraestructuras a junio de 2020, en el que exige la elaboración, de manera conjunta con administraciones públicas y patronales, de un Plan de Inclusión Tecnológica que ponga a España en la media europea en inclusión digital. La brecha digital supone un lastre social, económico y competitivo de primer orden, por lo que hay que hacer frente a esta forma de desigualdad social lo antes posible.
En su estudio, el sindicato ha confeccionado un listado de núcleos de población con penosas deficiencias de conectividad móvil y fija, donde habría que focalizar los esfuerzos por su elevada vulnerabilidad digital. En base a tres criterios diferenciales se han identificado 400 poblaciones con enormes problemas de conectividad, que comprenden una población cercana a las 47.000 personas. De ellas, 224 localidades se sitúan en Castilla y León (52 en León). En el lado opuesto se sitúan Madrid, Baleares y las dos ciudades autónomas, que no registran ni una sola localidad con estas deficiencias de conectividad.
En este sentido, Castilla y León concentra la mayoría de estas poblaciones (739, especialmente León y Burgos, con más de 120 localidades cada una), seguida de Cataluña (361 pueblos desconectados, con Lleida a la cabeza, con 121) y Galicia (293; 131 en A Coruña). En el otro extremo, las CCAA con mejores infraestructuras de fibra óptica son, por este orden, Illes Balears, La Rioja y Madrid.
En cuanto a la cobertura móvil, los datos disponibles se ciñen al 4G. A la espera de actualizar la cobertura al futuro 5G, ya sólo se localizan 71 pueblos en España con una señal inalámbrica inadmisible (por debajo del 25% de la superficie de la población); de nuevo concentrados en Castilla y León (46; 18 sólo en la provincia León). No obstante, todavía existen 1.700 poblaciones en donde la cobertura no supera el 70% del área poblacional, lo que explica las muchas zonas de sombra aún presentes en el rural.
El 50% de las personas desconectadas no tiene las capacidades digitales necesarias
Para UGT, estos datos constatan la imposibilidad de que España cumpla con el objetivo primordial de la Agenda Digital para Europa, que exigía que toda la ciudadanía pudiese contratar un acceso de más de 30 Mbits/seg, con independencia de su residencia. España incumple sistemáticamente una gran parte de estas agendas a lo largo de las últimas décadas, con consecuencias que se han hecho más visibles que nunca a lo largo de esta pandemia.
No obstante, el sindicato destaca que esta mejora en los accesos no acabará con la principal causa de exclusión digital en España. La última encuesta del INE demostraba que sólo un 5% de las personas desconectadas lo eran por la falta de infraestructuras adecuadas. La razón sigue siendo la misma: un 50% de los desconectados lo son por no tener las capacidades digitales necesarias.
UGT señala una sustancial mejora en todos los indicadores con respecto a 2019, cuando el número de localidades sin fibra óptica ascendía a 9.400. Sin lugar a duda, los Programas de Extensión a la Banda Ancha (PEBA) desplegados por el Gobierno en 2018 y 2019 están teniendo un gran impacto para reducir la Brecha Digital territorial, pero serán necesarios más esfuerzos en los próximos ejercicios para cerrarla definitivamente. Las inversiones públicas previstas en el Plan de Conectividad y la Estrategia de Impulso al 5G, pero especialmente el Plan Nacional de Competencias Digitales, serán fundamentales para alcanzar este objetivo.