UGT considera que el crecimiento de la economía en el tercer trimestre del año (un 16,7%) constata un esperado repunte de la actividad, pero la incertidumbre aún es enorme y la evolución económica sigue a expensas de los logros en el ámbito sanitario, porque no habrá economía sin salud. En este sentido, es necesario reforzar la prevención en estas fiestas navideñas porque si no las consecuencias pueden ser trágicas, en términos humanos, pero también económicos.
El sindicato considera que la aprobación de los PGE para 2021, suponen un paso importante para asegurar una recuperación económica consistente y sostenible, pero advierte que aún queda mucho por hacer. Es preciso mantener el apoyo a los ERTEs, para evitar pérdidas de empleo; aumentar el poder de compra de los perceptores del SMI para 2021, y derogar, de manera urgente, la reforma laboral de 2012, para que la próxima generación del empleo sea más estable y productivo.
En definitiva, hay que blindar los derechos sociales y laborales para que 2021 sea un año de recuperación plena y emprender profundas reformas aprovechando la coyuntura de la reconstrucción.
El Instituto Nacional de Estadística ha publicado hoy los datos definitivos de la Contabilidad Nacional del tercer trimestre del año. Tras el avance que se presentó el pasado 30 de octubre, ahora se confirma un crecimiento intertrimestral del 16,4%, prácticamente idéntico al estimado entonces (16,7%). En términos anuales la tasa de variación continúa siendo negativa, aunque mejora al pasar de -21,6% a -9%.
Este crecimiento trimestral extraordinario se justifica por las mismas razones, en sentido contrario, que la intensa caída en el segundo trimestre. La actual crisis, sin precedentes cercanos, se refleja en unos resultados anómalos, que pervierten la serie estadística, y que hay que analizar con prudencia. En este trimestre se constató una progresiva vuelta a la normalidad de la actividad después del confinamiento, aunque ciertamente muy parcial y condicionada. La reapertura de los establecimientos, el incremento de la contratación con motivo del período estival y los datos sumamente negativos del segundo trimestre explican que ahora se produzca este rebote estadístico en las cifras de crecimiento económico.
En lo referente a la comparativa internacional, cabe destacar que, puesto que nuestra caída fue mayor que la de la media de la zona euro (-17,9% frente a -11,9%), nuestro rebote en este tercer trimestre también ha sido superior: el PIB de la zona euro creció un 12,7% en términos intertrimestrales, y el aumento en España (16,4%) ha sido el segundo mayor de toda la Unión Europea.
El análisis detallado de los componentes de la oferta y la demanda refleja un comportamiento prácticamente simétrico y de signo contrario al experimentado en el trimestre anterior, con lógicos matices. Pero su valoración puntual pierde utilidad ante la enorme magnitud del impacto de las medidas derivadas de la lucha contra la pandemia, verdadero catalizador en este período de todos los cambios que se están produciendo.
Valoración
Los datos del tercer trimestre constatan un esperado repunte de la actividad, muy importante, aunque aún inferior a la caída experimentada en el segundo trimestre. Con todo, lo cierto es que la incertidumbre aún es enorme, y la evolución económica sigue a expensas de las noticias y logros en el ámbito sanitario.
El agravamiento puntual de la evolución de la pandemia en las últimas semanas, que está implicando un lógico endurecimiento de las restricciones de movilidad y actividad, hacen prever que en el cuarto trimestre la evolución sea peor de lo avanzado hasta el momento. No obstante, hay que ello ser consciente de que la salida, cuando se produzca, será con mucha probabilidad tan intensa como lo ha sido la contracción. Pero esto sólo sucederá si ésta se produce sobre bases sanitarias sólidas. Así lo indican los datos que se van conociendo. Ésta debe ser la gran enseñanza de la evolución económica, quedando en un segundo plano el análisis pormenorizado de las diferentes variables, que poco aporta. En este sentido es muy importante asumir que lo relevante no es salir rápido, sino seguros y de manera consistente. Y trabajar todos de manera coordinada para que así sea. De momento, lamentablemente, parece que la lección que no se ha interiorizado.
Si no se refuerza la prevención para que estas fiestas navideñas sean seguras en términos sanitarios, las consecuencias pueden ser trágicas en términos económicos para el próximo año y, lo que es más importante, en términos humanos.
Mientras tanto, es imprescindible que el Gobierno central y las Comunidades Autónomas apoyen de manera efectiva tanto a las personas como a las empresas, para que el daño ocasionado por la crisis no se convierta en estructural. En este sentido, desde UGT celebramos la aprobación de los Presupuestos Generales del Estado para 2021, que suponen un paso importante en la buena dirección al contener políticas que sustentan un esfuerzo expansivo notable para nuestra economía y, sobre todo, el reforzamiento de las políticas sociales, imprescindibles siempre, pero especialmente en estos momentos de zozobra colectiva, que perjudica especialmente a quienes menos tienen.
Muchas de esas actuaciones aprobadas en el ámbito social responden a reivindicaciones que hemos realizado desde el Sindicato, por lo que queremos dar las gracias a los grupos parlamentarios que las han asumido y apoyado.
Desde UGT valoramos también positivamente el cambio que se ha producido en 2020 en el ámbito de las políticas europeas para afrontar una crisis como la actual. A diferencia de lo sucedido con la recesión de 2008-2013, cuando se aplicaron políticas de austeridad que estrangularon la economía y generaron pobreza y desigualdad, los pactos a nivel europeo que dieron paso al Next Generation EU han supuesto un gran avance y han puesto de manifiesto la existencia de un cada vez mayor consenso sobre la necesidad de apoyar fiscalmente a las economías y gastar todo lo que sea necesario para salir de la crisis cuanto antes y de manera más consistente. Desde UGT hemos realizado una amplia valoración de todo el proceso de negociación europeo en el documento La respuesta europea a la crisis del coronavirus: Valoración de UGT.
No obstante, y pese a estas actuaciones positivas, aún queda mucho por hacer para apoyar una recuperación económica consistente y sostenible. Así, es preciso mantener el apoyo a los ERTEs hasta que sea necesario, para evitar pérdidas de empleo; es imprescindible que el SMI se actualice ya para 2021 de manera que sus perceptores –las personas asalariadas con peores condiciones laborales- ganen poder de compra; y cada vez es más urgente derogar la reforma laboral del 2012, para que la próxima generación de empleo sea más estable y productivo. Todo ello apuntalaría la recuperación económica proporcionando un impulso extra a la demanda interna, factor imprescindible para que la economía vuelva al crecimiento anual.
En definitiva, a las puertas de afrontar la que puede ser la tercera ola de contagios en España y en toda Europa, y con una perspectiva económica marcada por la incertidumbre, es el momento de apostar por reforzar lo que se conoce que funciona. No podemos caer en el error de pensar que sacrificar la salud nos beneficiará económicamente, y hay que blindar los derechos sociales y laborales para que 2021 sea un año de recuperación plena y emprender profundas reformas aprovechando la coyuntura de reconstrucción.