Columna de Ricardo Magaz en h50 Digital Policial. “CRÓNICAS DEL NUEVE PARABELLUM”.
El Holodomor, también conocido como genocidio ucraniano u holocausto de Ucrania fue una colosal matanza de hambrunas planificadas por Stalin en 1932, que duraron toda una década para acabar con la contestación ucraniana. Según los estudiosos del genocidio ordenado por el Kremlin, murieron alrededor de cinco millones de personas por inanición, después de que el dictador soviético les requisara cosechas y alimentos y les cercara los pueblos.
Neoführer
La historia se repite una vez más. Vladímir Putin, el nuevo Napoleón psicopático, el neoführer del siglo XXI, quiere arrasar de nuevo Ucrania. ¿La excusa? Cualquiera le vale. Si nadie le detiene, asolará el país a sangre y fuego hasta su desaparición como Estado. Y no parará ahí, cual Tercer Reich.
En España los partidos se han posicionado claramente contra la invasión de Putín. ¿Todos? No. Hay un piquete quintacolumnista prokremlin en el seno del Gobierno. “Paz y amor”, gritan cínicamente ante el ataque y los crímenes de las tropas rusas. Nada para ayudar a los ucranianos a salvar su vida. Deben dejarse hacer como en el silencio de los corderos. Algo así como si una víctima de violación pidiera socorro y desde el ministerio le recomendaran que estuviera quieta y dialogante para no despertar más ira en el agresor.
¿Coartada al invasor?
Ultraizquierdistas fanatizados, bolcheviques, filoterroristas, supremacistas del secesionismo…, algunos de ellos miembros del Gobierno de España, intentan irse por la tangente con un astuto “Sí a la paz” connivente, para evitar decir “No a la invasión y a las matanzas”.
¿Tibieza, tolerancia encubierta, coartada al invasor…? Si pretendes ser neutral ante los bombardeos, el terror, las carnicerías y los asedios, has elegido el lado oscuro del opresor. Has elegido la banalidad del mal.