En los últimos días nos hemos hecho eco de las noticias de: “suicidios y acoso escolar”, siendo un problema extremadamente grave y de que los centros educativos carecen de recursos necesarios para poder abordar este tipo de problemas.
¿Qué tiene que pasar más para que incluyan Criminólogos en centros educativos? Es evidente que el acoso escolar se presenta como un factor de riesgo grave. Que los expertos en estas cuestiones, reclamamos y opinamos que la conducta suicida y la salud mental de los menores en España ha sufrido un crecimiento exponencial en casos de bullying en los colegios.
He podido leer en varios medios que, los colegios carecen de recursos para poder abordar dicho problema, que además carecen de formación para tratar casos de bullying como el suicidio.
Hemos tenido que ver en los medios de comunicación, como varias víctimas de acoso escolar, en este caso, dos gemelas de apenas 12 años, se precipitaron al vacío desde un tercer piso, porque no podían seguir sufriendo el acoso al que estaban siendo sometidas por los alumnos de su instituto. Una de ellas, según fuentes oficiales y testigos, afirman que sufría acoso por transforma, por pedir que se la llamase Iván y la tratasen como un chico. Dejaron por escrito en unas cartas de despedida todo lo que les había sucedido.
En primer lugar, el propio Departamento de Educación de la Generalitat descartó la hipótesis de que sufriesen acoso escolar y sinceramente, tras ver todo el revuelo, se han parado a estudiar el caso, y han podido cambiar de parecer. No solo eso, sino que además el mismo instituto era consciente de la situación de acoso que sufrían, pero que no eran conscientes de tal magnitud. ¿Debe haber una magnitud para tratar un caso de acoso escolar? o, ¿Debe tener un grado de peligrosidad, no? Me explico, existen varios tipos de acoso escolar, o mejor aún, varios procesos. En este caso y por las informaciones que manejo, identifico el psicológico y el verbal principalmente; este tipo de acoso se manifiesta a espaldas de las víctimas por ejemplo, no dejando integrarse en el entorno educativo afectivo, para luego tratar con el más frecuente, el verbal; donde atacan con insultos, apodos ofensivos, demostrando que a las víctimas les afectaba su autoestima, como fue este caso por el hecho de sentirse de otro género, pidiendo que la llamasen Iván; fue uno de los detonantes para comenzar la crueldad delictiva.
¿Cuál es mi labor como Criminóloga en estos casos? En estos casos la Criminología Educativa tiene un objetivo claro y es tratar la prevención de la criminalidad y antisocial desde edades tempranas en los colegios, tratando de evitar mediante formaciones con información adecuada al alumnado, las amenazas y violencias de la propia conducta antisocial incontroladas en algunos casos del ser humano.
La actuación o nuestra labor es poder dividir y desarrollar las herramientas necesarias para mejorar los conceptos trabajando la inteligencia emocional por ejemplo.
Mi función es educar a los alumnos en la prevención y en la detección de la violencia y de las conductas antisociales, donde se trata con total tranquilidad y del modo adecuado la violencia de género, la violencia sexual, el acoso escolar, el maltrato animal, las adicciones… de este modo el trabajo preventivo que se desarrolle en los colegios conllevaría a un beneficio tanto para los alumnos como para los profesores, pues el centro se trabajaría en comunidad afectiva y educativa, gestionando y resolviendo los posibles conflictos.
Elaborar programas de educación donde se encuentre la parte emocional, social y personal, y esto debe ser una concienciación necesaria. No podemos mirar a otro lado sabiendo que este fenómeno afecta psicológicamente a un grandísimo porcentaje de adolescentes, dando la posibilidad de padecer enfermedades tanto para las víctimas como para el victimario, llegando por un lado al suicidio, y por otro a cometer delitos. No se tiene en cuenta que este tipo de dificultades escolares les lleva a una mayor predisposición de consumir sustancias, de ser un posible agresor o víctimas de violencia de género.
La detección de conductas antisociales dando una solución evitando que este se convierta en un antisocial en vez de ser alguien productivo para sí mismo y para la sociedad. Estos sucesos están siendo una oportunidad clave para que los criminólogos podamos aplicar nuestro conocimiento en los centros educativos abordando y creando un entorno seguro para los estudiantes. ¿A qué esperan para dejarnos desarrollar nuestro trabajo?