Se trata de una organización criminal que combinaba la explotación sexual con el tráfico de estupefacientes en Madrid, según publica EL MUNDO.
La red operaba desde dos domicilios situados en los distritos de Centro y Usera, donde las víctimas eran sometidas a condiciones inhumanas de trabajo. El operativo culminó con la liberación de tres mujeres explotadas sexualmente y la detención de 15 personas -14 mujeres y un hombre-, tres de las cuales han ingresado en prisión provisional por orden judicial.
La investigación comenzó en marzo pasado, cuando las autoridades detectaron la actividad ilícita en las dos viviendas. En esos domicilios, las mujeres eran obligadas a trabajar 24 horas al día durante semanas, sin descanso. La explotación alcanzaba tal nivel que las víctimas ni siquiera podían ausentarse durante su menstruación. Además, se les hacía firmar falsos contratos de arrendamiento para justificar su presencia en los inmuebles en caso de inspecciones policiales.