La Asociación Pro Guardia Civil –APROGC– ha enviado a la Dirección General de la Guardia Civil una propuesta, para que se regule el reconocimiento a la trayectoria profesional de nuestros compañeros que pasan a la situación de reserva con más 40 años de servicio, sin distinción de empleos ni escalas.
El reconocimiento a la constancia en el servicio de manera intachable está regulada en dos reglamentos de aplicación a los miembros de la Guardia Civil dependiendo a la Escala a la que se pertenezcan.
Así, los Oficiales Generales, los Oficiales y los Suboficiales, se rigen por el reglamento de la Real y Militar Orden de San Hermenegildo, aprobado por Real Decreto 725/2020, de 4 de agosto. Y para los componentes de la Escala de Cabos y Guardias, por el reglamento de la Cruz a la Constancia en el Servicio, aprobado por Real Decreto 682/2002, de 12 de julio.
Los primeros ingresarán en la Orden cuando cumplan 20 años de servicio (Cruz) y ascenderán dentro de la Real y Militar Orden al cumplir cinco años de servicio en la categoría inferior, de manera que a los Oficiales y Suboficiales se les recompensará como máximo al alcanzar 30 años de servicio (Placa). Los Oficiales Generales podrán obtener la Gran Cruz tras otros tres años habiendo ostentado la Placa.
Los miembros de la Escala de Cabos y Guardias obtendrán la Cruz a la Constancia (bronce) tras 15 años de efectivos servicios y las sucesivas al alcanzar 25 años (plata) y 30 años (oro) de servicio.
En ambos reglamentos se exige también haber observado una conducta intachable a lo largo de los años de servicio.
Se observa que en ambos casos, para todos los guardias civiles, el reconocimiento a una trayectoria profesional intachable y permanente, finaliza tras cumplir los 30 años de servicio.
Pero es muy habitual que muchos guardias civiles desarrollen una vida profesional mucho más extensa y dilatada, también con una intachable conducta, superando ampliamente los 30 años de servicio, como se puede comprobar en numerosas noticias, sin que por el contrario se reconozca ese compromiso.
Llegado el día del pase a la situación de reserva o de retiro, según los casos, el cese del compromiso con la actividad del servicio se resuelve en una despedida oficial ante los superiores y compañeros y, en algunos casos, por iniciativa de los propios compañeros, mediante un homenaje particular, sin que exista semejanza entre diferentes actos de despedida.
Y de esta manera se zanja una vida dedicada al servicio a los demás, con entrega y sacrificio, y lealtad a la Guardia Civil y a todos los miembros de la institución. En muchos casos, como ha quedado expuesto y es fácilmente comprobable, con una trayectoria muy superior a los periodos por los que se reconoce el derecho a las condecoraciones de constancia que se han citado.
De esta manera tan sencilla y tan triste fin a toda una vida dedicada a la Guardia Civil, sin que se pongan de manifiesto signos externos de agradecimiento.
“Nos parece que procede reconocer esa larga trayectoria, además de las muestras de reconocimiento y agradecimiento particulares, con un acto en el que la Institución ponga también de manifiesto de manera expresa y pública el reconocimiento a dicha trayectoria” y en definitiva, se incluya una nueva categoría de Cruz honorífica dentro de la Orden del Mérito de la Guardia Civil, específica para el reconocimiento por la prestación de cuarenta años o más de servicio habiendo observado una conducta intachable.
Una nueva categoría diferenciada del resto de categorías ya existentes, única para todos los guardias civiles sin distinción de escalas o empleos, como premio a una vida de vocación hacia el servicio a los demás.
-Se imponga esta condecoración en un acto público de homenaje a los guardias civiles que la obtengan, y rodeado del protocolo adecuado que se determine para que todos los actos sean muy similares, aprovechando para ello un acto de tanta trascendencia como son las celebraciones de la Festividad de Nuestra Patrona, la Virgen del Pilar.