La lucha incansable de un Sargento de Bomberos.
Uno de los sargentos de bomberos más queridos de Madrid. Destinado en el Parque 8º se hacía notar por su cercanía, su capacidad de trabajo, su compañerismo, su profesionalidad y su gran corazón.
Aquel día, verano de 2017, Fernando Picazo fue el responsable y el mando de siete dotaciones de bomberos. Siempre con los recursos al límite, trataron de sofocar un incendio en el quinto piso de un edificio de siete plantas en el número 125 de la calle de Hermanos García del madrileño barrio de Puente de Vallecas. Aquellos trabajadores lograron sacar de las llamas a dos ancianos octogenarios en una vivienda completamente calcinada.
Picazo, siempre dispuesto, dirigió las labores de extinción y salvamento. Contempló que los heridos estaban atendidos y comenzó a supervisar que sus compañeros estaban todos en perfectas condiciones. En ese preciso instante se sintió mal. Sufrió una parada cardiorrespiratoria teniendo que ser intervenido con maniobras de reanimación por parte de los funcionarios del GAC Z-130 y Z-132, hasta que llegaron la segunda unidad de servicios médicos del SAMUR-PC. Ya dentro de la ambulancia Picazo recobró el aliento, tras pálidos rostros y lagrimas de sus compañeros del Parque 8º que no se separaban de la ambulancia, el medico comunicaba al jefe del GAC la urgencia de ponerse destino al Gregorio Marañón donde en minutos le estaría esperando un quirófano. Un dispositivo de evacuación que milimetricamente fue analizado por los funcionarios del GAC para que esas estrechas calles se convirtieran en unas minutos en avenidas, incumpliéndose la formula del tiempo y del espacio.
Fue la Policía Nacional y el SAMUR-PC quien salvó la vida a Picazo. Tres cuerpos en uno, funcionarios públicos capaces de ayudarse los unos a los otros sin pensárselo dos veces. La reanimación, el traslado… volver a la vida.
En total Picazo estuvo diez minutos muerto hasta que logró ganarle a la muerte un pulso que no olvidará nunca. Las inevitables secuelas le han alejado de la vida activa en el Parque de Bomberos de Madrid, con un nuevo destino. Pero su cabeza sigue escuchando las sirenas, las carreras, las voces de los amigos tratando de ayudar a la gente. No en vano Picazo llevaba más de treinta años salvando la vida de los madrileños.
Marga, su mujer no se ha separado ni un minuto de su lado, siempre cogida de su mano. Sus hijas Susana y Ana, que lo son todo para él fueron el motor de su recuperación; su yerno, del que tan orgulloso se siente por vestir el uniforme de quien les salvó la vida, la Policía Nacional; sus amigos que nunca le dejaron solo, sus familiares, son su apoyo diario, sus ganas de vivir entre sonrisas e historias. Un recuerdo para todos aquellos que entienden el servicio público como el trabajo más gratificante que hay.
Hablar con Picazo es deshacerse en agradecimientos a los funcionarios que le atendieron. También recuerda al que fuera Comisario Jefe de Puente de Vallecas, siendo recientemente Comisario Principal, Manuel Soto Seoane, nunca dejó de preguntar por él hasta su alta, puso a su disposición todos los recursos que podía tener, coincidimos en unas pocas ocasiones por motivos laborales, pero Picazo siempre recuerda “que esa calidad humana del Comisario Soto nunca lo olvidara”, no solo dejo un listón insuperable en Puente de Vallecas laboralmente, sino como persona.
Por eso, casi con vergüenza, les viene a la memoria la promesa que el UCOT realizó en la Jefatura Superior de Madrid en febrero de 2018, no solo ante mandos policiales, ante su familia y ante numeroso tejido asociativo de Puente de Vallecas, comprometiéndose en “otorgar la Medalla al Mérito Policial a los funcionarios del GAC Z-130 y Z-132 de Puente de Vallecas, ya que los hechos eran relevantes de dicha acción encontrándose amparada por la vigente Ley”, posteriormente y en un acto celebrado por el Ayuntamiento de Madrid por este mismo motivo, fue el propio Director General de la Policia, Germán Augusto López Iglesias, quien reitero dicha concesión. Pero todas las promesas quedaron en palabras. Es lamentable que los únicos agradecimientos que los funcionarios hayan tenido, fueran desembolsados por el Sargento de Bomberos.
En estos momentos una nueva petición del Sargento se encuentra encima del actual Director General de la Policía, Francisco Pardo Piquera, igualmente han sido numerosos los recursos presentados por los sindicatos y a los que se han adherido peticiones del tejido asociativo de Puente de Vallecas. Igualmente existe una recogida de firmas en change.org que sus compañeros abrieron tras tal injusticia.
Esperemos que este año, la balanza de la justicia se equilibre hacia tener como esencia de nuestros principios de gestión el reconocer y premiar, siendo esta una forma de afirmar nuestro compromiso con el bien común, una forma de promover el respeto y el reconocimiento de quienes contribuyen de forma destacada a mejorar nuestra sociedad.
Autor: AAP
