Esa es la drástica, y no exenta de polémica, decisión que ha tomado la Jefatura de la Policía Local de Mijas (Málaga). Con dicha prohibición tratan de mejorar la calidad del servicio proporcionada al ciudadano así como ofrecer una mejor imagen, según apuntan desde el Ayuntamiento.
Una taxativa postura que será aplaudida por muchos y discutida por otros.
No cabe duda que el uso desmedido e inoportuno del móvil perjudica la imagen de la Policía. Todos hemos visto en alguna ocasión a algún uniformado patrullando o cubriendo un puesto estático sin levantar las pestañas de la pantalla de su móvil de última generación.
Incluso desde una visión interna, estamos seguros que habrán quienes agradezcan recuperar viejas costumbres sociales tan saludables como conversar con tu compañero de patrulla. ¿Y qué nos dicen de los aficionados al ‘selfies’?, se llevarán un buen disgusto con esta medida.
Los hay, no lo vamos a negar, perdidos para la causa desde que llegara a nuestras vidas los maravillosos smartphone.
Ahora bien, ¿qué ocurre cuando nuestra emisora falla? Los que trabajamos con ellas, sabemos que lo hacen, y muchas veces en el momento más inoportuno. ¿A qué policía, destinando en la calle, el uso del teléfono móvil no le ha salvado de un buen aprieto en un momento dado? Quien no lo sepa es porque nunca ha trabajado en ella.
Los servicios de los policías destinados en labores de seguridad ciudadana en la calle son muy variopintos e inverosímiles, no vamos a descubrir América con esta afirmación. De casi todos ellos salimos con cierta holgura, modestia a parte. Sin embargo, existen servicios prioritarios que se escapan de nuestra formación básica.
Nos referimos a los servicios sanitarios, convirtiéndonos en infinidad de ocasiones en los primeros en prestar la primera ayuda en este sentido. Nos encontramos con situaciones tan inverosímiles y delicadas tales como: asistiendo a un parto inesperado, colocando un torniquete ante una abundante hemorragia o realizando la RCP a un ahogado. En muchas de estas ocasiones, los pasos a seguir son marcados por el médico de emergencias del 112, y sí señores, a través del teléfono móvil, ese que ahora quieren denostar.
El Ayuntamiento de Mijas habla de “calidad del servicio”. Mijas es un pueblo turístico como tantos otros de nuestra geografía nacional. ¿Quién no ha utilizado su teléfono móvil para localizar una calle o un hotel a un despistado turista?, ¿o para traducir una pregunta que nos formulan en otro idioma?, o simplemente, ¿ para llamar a un taxi a una desorientada anciana? Eso es calidad de servicio, y lo mejor para la administración, financiado por el policía. ¿De qué se quejan?
Los policías tenemos familias, como casi todo el mundo. Ocho horas de servicio -como mínimo- incomunicados no parece de recibo. Solicitar a tu superior permiso para hablar con tu esposa, marido o hija, como pretenden, no se sostiene. Los tiempos de pedir a la “señorita” ir al baño se acabaron con la EGB completada.
En definitiva, prohibir en lugar de orientar o concienciar, parece no ser el método más idóneo para corregir actitudes susceptibles de mejora. Quizás, se consiga incluso el efecto contrario.
La mayoría de los miembros de las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad han demostrado sobradamente en su labor diaria ser unos auténticos profesionales y queda fuera de toda duda su capacidad para saber discernir cuando debe o no debe hacer uso de su teléfono móvil. Faltaría más.
Periódico digital Policía H50