Los otros dos acusados han sido condenados, cada uno de ellos, a penas de dos años de prisión como autores de un delito de malos tratos habituales en el ámbito familiar y han sido absueltos del delito de asesinato por omisión que pedía la acusación particular
La sentencia, hecha pública esta mañana por la Audiencia de Huesca, condena a penas de prisión a los tres procesados por la muerte de la menor Naiara, ocurrida en la localidad de Sabiñánigo (Huesca) en 2017. La resolución judicial declara a IVÁN P.P., el principal acusado, autor de dos delitos: uno de asesinato con las circunstancias agravantes de alevosía y minoría de edad de la víctima, por lo que se le condena a la pena de prisión permanente revisable y a una pena de 2 años de prisión por un delito de malos tratos habituales en el ámbito familiar.
Los otros dos acusados, Nieves P. C. y Carlos José P. P., (madre y hermano respectivamente de Iván P.P.) han sido condenados a dos años de cárcel cada uno de ellos como autores de un delito de malos tratos habituales en el ámbito familiar, siendo absueltos del delito de asesinato que les imputaba la acusación particular.
En el caso de Iván, a las penas de cárcel por el delito de asesinato se suman, una medida de libertad vigilada, la prohibición de comunicación y aproximación a Mariela y Manuel Adolfo, (padres de Naiara) y la prohibición de residir en la localidad de Sabiñánigo. Cada una de estas penas con una duración de 10 años a contar desde el momento en que hayan finalizado las penas privativas de libertad impuestas. En concepto de responsabilidad civil Iván deberá indemnizar a la madre de Naiara, Mariela, con ciento veinte mil euros (120.000 euros) y al padre, Manuel Adolfo con treinta mil euros (30.000 euros).
Los procesados Nieves y Carlos José, suman a la penas privativas de libertad, la prohibición de aproximarse a los padres de Naiara durante tres años.
Comunicación poder judicial
Según publicó el ESPAÑOL:
“Iván Pardo Peña sometió a su sobrina a toda suerte de maltratos. La atacó con descargas eléctricas. La amordazó. La esposó con unos grilletes. Le arrancó parte del pelo. La obligó a pasar horas y horas postrada con las rodillas desnudas, como detalla el sumario del caso, sobre un material similar a la sal o al arroz. Se jactó de ello, riéndose con sus familiares a través de los chats grupales que tenían. La golpeó en la cabeza hasta la muerte” “Las vejaciones fueron continuas, igual que los ataques físicos”