El titular del Juzgado Central de Instrucción Cinco de la Audiencia Nacional considera que en el caso de ambas existe un concreto riesgo de fuga debido al grave delito que se les atribuye, así como un “evidente” riesgo de reiteración delictiva
El juez de la Audiencia Nacional Santiago Pedraz ha acordado el ingreso en prisión sin fianza por un delito de integración en la organización terrorista yihadista DAESH de las dos mujeres repatriadas ayer desde Siria junto a sus hijos.
En un auto, el titular del Juzgado Central de Instrucción Cinco considera que en el caso de ambas existe un concreto riesgo de fuga debido al grave delito que se les atribuye, así como un “evidente” riesgo de reiteración delictiva.
El juez entiende que no procede en este caso la suspensión cautelar de la patria potestad de toda vez que al haberse acordado la prisión incondicional “no existe el riesgo potencial de continuar con un posible adoctrinamiento de los hijos”.
A lo largo del auto, el magistrado explica la trayectoria de ambas mujeres y de sus maridos, que inicialmente estaban investigados en el Sumario 5/2014 por su integración en la autodenominada Brigada Al Andalus, establecida en Madrid y que llevó a cabo labores de radicalización, reclutamiento y posterior facilitación del traslado a Siria e Irak para la comisión de ataques terroristas.
Las dos mujeres, indica, habrían participado en actividades a favor de DAESH, tanto antes de desplazarse a la zona sirio iraquí, como cuando se trasladaron junto a sus maridos a mediados de 2014 a esas zonas de conflicto, compartiendo y aceptando el mismo destino aquellos con el “objetivo de demostrar su integración en la referida organización terrorista”.
De ambas mujeres y de otra tercera, continúa la resolución, no se tuvo información fehaciente hasta su aparición en un vídeo del El País, de abril de 2019. En el vídeo, una de ellas, Yolanda M., aseguraba: “llegué sin saberlo, pero estaba muy contenta. Nos dieron una casa y a mi marido un trabajo en el juzgado del ISIS haciendo recados. Por fin tuvimos una situación estable económica”.
Para el juez, pese a los intentos de aquella por desmarcarse de su integración en DAESH sus palabras la delatan, ya que solo a los miembros de esa organización se les cedía una casa y les daba un trabajo en la administración que el pseudocalifato estaba desarrollando. Además, el hecho de que haya permanecido en aquella zona “muestra el compromiso inquebrantable de ella y su marido con la causa de DAESH”.
Respecto a la otra mujer, Luna F., el magistrado señala que es también conversa al islam y mientras vivió en España jugó un rol clave dentro del grupo de mujeres de los integrantes de la brigada Al Ándalus. En el mismo vídeo mencionado aparecía también esta mujer y sus palabras en él, según el juez, reflejan la interiorización radical y extremista del islam, donde la sharia o ley islámica prevalece sobre la legislación de los países, pese a su interés por desmarcarse de DAESH a lo largo de la entrevista.