De todas las modalidades delictivas que atentan contra la propiedad ajena, la estafa es el delito que proporciona, por término medio, un botín más elevado.
Por estafa se entiende la acción y efecto de provocar un perjuicio patrimonial a alguien mediante engaño suficiente y con ánimo de lucro. Quedan incluidas, pero se verán en otra unidad, las conductas que valiéndose de manipulaciones informáticas, consiguen la transferencia de activos patrimoniales en perjuicio del estafado o de un tercero.
Los delincuentes que practican el timo reciben el nombre de timadores o “los del cuento largo”. Es una modalidad delictiva grupal. En ella cada uno representa un papel.
Ante la imposibilidad de hacer referencia a todas las modalidades de estafas y timos existentes se reflejan algunas de las más representativas:
Timo de la Estampita
Timo de las personas y útiles que intervienen en esta modalidad son:
“Primo”, víctima o “julai”: persona elegida por los delincuentes.
“Filo” o tonto: timador que da la cara a la víctima del timo.
Grupo: compañeros del filo cuya misión es la de hacer confiar a la víctima.
Estampita: billete auténtico de un valor alto.
“Plante”: se trata de un sobre que contiene recortes de periódico del tamaño de los billetes, doblados por la mitad, nunca extendidos en posición horizontal, formando escalera y tapados con el billete auténtico al que antes nos referíamos. En la actualidad lo normal es que se utilicen como plante fotocopias de billetes auténticos.
La operativa básicamente es la siguiente: el “filo” o “tonto”, una vez elegida la víctima, se dirige a ella entablando conversación para, en un momento dado, mostrarle o dejarle ver el billete bueno y hacer que el “primo” se interese por el mismo. Si el “primo” no se interesa, el “filo” logrará forzar su interés diciéndole que va a tirar lo que a su entender no tiene más valor que una “estampita. Conseguido el interés, el filo le confiesa que tiene muchas más estampitas, momento en el cual se acercará el “grupo” y empezarán a participar en el juego diciendo que a ellos también les gustan las “estampitas” y que se las compran haciendo cómplice de la maniobra al “primo”.
Entre todos convencen al “primo” de que están ante el negocio de su vida, que no hacen daño a nadie y que, de todas formas, el “tonto” tenía pensado tirarlas. En ese punto y lograda la aceptación del “primo”, concertarán todos poner la misma cantidad de dinero, calculando un buen beneficio en el cambio. Acompañarán al “primo” a su casa o al banco para que ponga su parte y, una vez sacado el dinero, el “grupo” toma el del primo y simula mezclarlo con el suyo haciendo un paquete que entregan al filo. A su vez éste entrega el paquete con el plante que el “grupo” le da al “primo”.
Con la excusa de acompañar al “tonto” a un taxi, al metro, etc., el timador se aleja con éste, no sospechando el “primo” el ardid ya que él tiene el plante. Cuando los timadores no vuelven y el “primo” abre el sobre, se da cuenta del engaño.
Sin embargo y pese a ser tan conocido es un delito que se sigue denunciado en todas las plantillas.
Timo del Tocomocho
En el timo del Tocomocho intervienen:
“Primo” o víctima.
Tonto o extranjero ilegal: si bien también se puede dar el caso de que este papel lo represente un listo, con la excusa de evadir impuestos, un viaje inmediato, Es el que se dirige en primer lugar a la víctima.
Toquero: compañero del anterior que mostrará la lista de premios de la lotería, haciendo picar al “primo”.
Décimo de lotería: básicamente será bueno, si bien en alguna ocasión será una falsificación.
Pampa: lista de la lotería falsificada, figurando como premiado el décimo.
La operativa es la siguiente: afirmando ser un extranjero, preguntará al primo por una administración de lotería, y como es la primera vez que juega a la lotería nacional y hay tantos números, preguntará si sabe si “tocó mucho”, esta pregunta le da el nombre al timo.
En ese momento aparecerá el toquero con la pampa diciendo que ha obtenido premio. Con la excusa de que es extranjero sin papeles (ilegal) y no va a poder cobrar el premio, así como el hecho de tener billete para irse a su país al día siguiente, además de estar cerradas las administraciones de lotería, les ofrecerá a menor precio de venta el billete. Mientras el toquero procura convencer al primo para comprarlo a medias.
Una vez convencido, ambos pondrán la mitad del dinero, entregándosela al “extranjero sin papeles”, y el décimo al primo, alejándose el toquero para acompañar a un taxi o similar al supuesto extranjero. La víctima no volverá a ver a ninguno de los dos y comprobará que el décimo no está premiado y que por tanto ¡lo han estafado!.
Timo del Pastelelo
Mediante este timo los delincuentes ofrecen joyas o relojes de oro a bajo precio con la excusa de que provienen del contrabando, o incluso robados. La realidad es que se trata de piezas de “pastel”, es decir, falsas.
Una variante de este timo se lleva a cabo en las inmediaciones de mercadillos ambulantes, zonas portuarias y de bazares sobre turistas de cruceros o incautos en general. Les ofertan “smart phones”, reproductores de audio, televisores, aparatos electrónicos, etc. a muy bajo precio. La víctima verá el producto pero comprará una caja perfectamente precintada. No le permitirán comprobar in situ su contenido ya que los autores aducirán una supuesta presencia policial en las inmediaciones. Una vez en el domicilio, la víctima comprobará que… sí, que la han estafado.
Timo de los Triles
El denominado timo de los Triles consiste en jugar con tres cartas (triles), tres cáscaras de nuez (pastos) o tres tapones y acertar la carta solicitada o la cáscara/tapón que esconde una bolita (borrega).
Es un juego de grupo formado por el “tirador” (persona que mueve las cartas o los tapones), los “ganchos” (personas que simulan jugar, que siempre ganan e incitan a los viandantes a apostar) y los “aguadores”, personas que vigilan los alrededores para avisar de la presencia policial.
Es un delito típico de mercados, fiestas y zonas turísticas. En las grandes ciudades es normal que existan zonas donde se practique a diario. No deja de ser un timo puesto que no consiste en ver quién es más hábil, si la vista del que apuesta o la rapidez del tirador.
La bolita que se encuentra en una de las cáscaras y que por supuesto ha acertado el jugador, es retirada hábilmente por el tirador con los dedos a la vez que levanta la cáscara, mostrando que en esa cáscara no está pero al levantar cualquiera de las otras dos, depositará la bolita a la vez que levanta la cáscara para mostrarle que ha fallado en la elección.
Timo del Nazareno
En esta ocasión el modus operandie es el siguiente: en primer lugar realizan un pedido pequeño que se abona religiosamente para ganarse la confianza de los proveedores. Con la misma finalidad la empresa creada alquila locales y los informes bancarios son correctos.
Con el tiempo se hace un pedido grande, solicitando su pago aplazado (a 30, 60 o 90 días), práctica comercial habitual en el comercio. Aún con sospechas, el vendedor puede realizar la venta porque tiene contratado un seguro que cubre el riesgo. Esto puede ser buscado por delincuentes que saben que este tipo de vendedor no recurre a la Policía sino a la aseguradora. Esto lógicamente dificulta la actuación policial.
Con los almacenes llenos de mercancías, éstas se liquidan revendiéndolas a bajo precio y desapareciendo con los beneficios antes del vencimiento del pago del primer plazo del importe.
Como se ha avanzado, policialmente muchas veces es un delito complejo de investigar, ya que los perjudicados recurren a la vía civil para su persecución y la pertinente denuncia no se presenta en sede policial.
Existe otra modalidad conocida como el Pequeño Nazareno. El delincuente, tras comprar a plazos un objeto en un establecimiento (vídeo, televisión, etc.), lo vende o empeña inmediatamente por debajo de su precio de coste. Los comerciantes no denuncian estos hechos como delitos, sino como incumplimiento de contrato por la vía civil, dado que el cliente-delincuente firmó una serie de efectos de pago. Policialmente, la venta inmediata por debajo del precio de coste nos indicará el ánimo de defraudar, debiendo iniciarse de manera inmediata la investigación policial.
Timo de los billete tintados
Billetes tintados o del negativo o “wash and wash”. Timo realizado generalmente por subsaharianos, que bien vestidos y con buenos modales se hacen pasar por hombres de negocios de sus países de origen (a veces incluso ONG o partidos de la oposición) y que han tenido que tintar de negro importantes cantidades de dinero para poder sacarlo de su país evitando los controles aduaneros para no pagar impuestos o por estar perseguidos políticamente.
En otras ocasiones prometen duplicar billetes de curso legal mediante procedimientos químicos que hace preciso emplear disolventes para su conversión en dinero lícito que resultan muy “costosos”. Las víctimas son citadas en hoteles donde se les hace una muestra, y se les requerirá un aporte monetario para sufragar los gastos, a cambio de una cantidad mayor del dinero lavado que acabarán siendo cartulinas tintadas apropiándose del dinero lícito entregado para el proceso.
Usurpación de la identidad
El autor sustrae los documentos personales y algún documento bancario de la víctima en el que figure la cuenta de la que es titular y la entidad bancaria a la que pertenece. A continuación se falsifica el permiso de conducir de la víctima mediante la sustitución de la fotografía original por la de la persona que va a cometer el hecho.
Seguidamente, el autor se persona en una comisaría y presenta una denuncia en la que hace constar que le han sustraído toda su documentación personal y bancaria. Evidentemente el autor, en la comparecencia, hará constar la filiación de la víctima, extremos que no serán comprobados por el policía puesto que el denunciante ha manifestado que le han sustraído toda su documentación.
Con la copia de la denuncia y el permiso de conducir falsificado, se personará en la entidad bancaria en que tiene domiciliadas las cuentas la víctima y solicitará la extracción de una cantidad y el traspaso del resto de los fondos a otras cuentas.