La asociación de trabajadores penitenciarios Tu Abandono Me Puede Matar denuncia que “mientras en Puerto 3 se esperaba la llegada del señor Ortiz, Secretario General de Instituciones Penitenciarias, como si se tratase de Mr. Marshall para lucir palmito con la inauguración de un precioso módulo mixto, en la madrugada del mismo día, 07 de Julio, otro baño de realidad en forma de incidente salpicaba nuestra realidad penitenciaria”.
A eso de las 02:30, un interno que había llegado ese día al CIS de Jerez procedente de Puerto 3 clasificado en tercer grado rompió un cristal y desatornilló sin mayores problemas la reja de su habitación, “así se llaman las confortables celdas de los Centros de Inserción Social”, se descolgó con ayuda de unas sábanas anudadas… y se precipitó al patio abriéndose una brecha en la rodilla y fracturándosela. Mostraba síntomas evidentes de hallarse bajo los efectos de alguna sustancia.
Los funcionarios de servicio, que habían oído el ruido y acudieron para impedir la fuga, acabaron por verse obligados a socorrer al interno. Al final fue conducido al hospital por la Guardia Civil. A la mañana siguiente fue regresado al Centro Penitenciario Puerto 2, donde, al procederse a su cacheo, se le incautó una ampolla de morfina. La Guardia Civil ya le había encontrado otras, que presumiblemente habría sustraído en su estancia en la ambulancia o el hospital.
El interno, con una condena de dos años, había sido clasificado en tercer grado al poco de su primer ingreso en prisión por disponer de contrato de trabajo. En el tiempo que tuvo para ir de Puerto 3 al CIS consiguió atiborrarse de todo tipo de sustancias. “Así, los funcionarios de prisiones a los que la política del Ministerio de Interior y de la Secretaría General dejan de lado mientras ellos se dan palmadas y se felicitan por sus castillos en el aire tuvieron que impedir su fuga, socorrer al interno y velar por su integridad (todo al mismo tiempo). A ellos no los vendrá a felicitar el señor Ortiz, a pesar de su enorme profesionalidad y su impecable actuación”.
Así expresan su indignación los funcionarios de prisiones y la extrema situación laboral que atraviesan desde sus asociaciones representativas.