Más de 700 agresores condenados por delitos sexuales en España, se siguen viendo beneficiados tras la revisión de condena de estos y cerca de 80 se les ha concedido la excarcelación antes de lo previsto por cumplir con los nuevos requisitos puestos en vigor en la nueva normativa puesta en marcha desde el pasado octubre del año pasado.
El Gobierno muy lejos de trabajar para poder enmendar el grave error de la nueva ley en estos casos de reducciones de condena por delitos sexuales, se enfrentan en otras cuestiones que no dejan de ser importantes pero dejan de lado una problemática que no está siendo atendida como debería, además de dejar libre al Ministerio de Igualdad, donde la señora Irene Montero, junto a su secretaria Angela Rodriguez, exponiendo en sus redes sociales la ironía de los delitos sexuales y la inferioridad en la que se pueda hallar el género masculino indefenso, y sí, digo indefenso a la vez que peligroso, ya que podemos ver como entre los adolescentes y adultos de temprana edad, ejercen el descontrol excesivo del “sexo”, en las que además se les insta de hablar de ello sin tabúes, en las que no me encuentro en contra, pero en qué casos se entenderá la diversidad sexual y en qué casos lo llevarán al descontrol sexual, como se está viendo hasta el momento.
El control social debe tratarse desde un punto concreto y estudiar las bases de la sociedad en qué momentos nos encontramos, estudiar y elaborar unos parámetros para que sea una postura en la que se pueda comprometer a la sociedad tanto la adolescente como la adulta, porque no tenemos un control establecido, ni se puede tratar del mismo modo con un menor de 8 años como con un adolescente de 14 y así con las edades posteriores.
Si trabajamos en un tratamiento para agresores sexuales, se debe trabajar con la educación sexual adecuada, desde los centros educativos y entre las familias, ofreciendo talleres, manuales, y todo tipo de procedimientos para así poder abarcar y expresar de manera clara la voluntad, el sexo, los valores, el respeto y todo lo relacionado con la libertad independiente de cada persona que decida que hacer con sus relaciones intimas.
Trabajar en un proceso de sexo sin tabúes cuando tenemos un problema de alto crecimiento de agresiones sexuales con un porcentaje de lo más alarmante, no puede ser permitido, y no entiendo que hace la sociedad tan callada.
Parece ser que, establecer un revuelo mediático por parte del Ministerio de Igualdad, es una costumbre y celebrado, con sus campañas publicitarias que no pasan desapercibidas, sino que además incluyen imágenes que provocan advertencias en muchas plataformas por el alto contenido sexual.
Sin embargo, el propio ministerio se crece entre las polémicas, parece tener un contrato firmado con el presidente del gobierno para hacer lo que les venga en gana, sin temer por el daño que pueden causar a la propia sociedad.
En este sentido, podemos entender el desbarajuste de todo lo que está sucediendo y del silencio que siguen llevando por sistema. La educación sexual debe establecerse como un derecho y no como una obligación, dado que se debe impartir de forma adecuada en las edades adecuadas. Reincido en este punto porque nos vemos las mujeres y la población en este caso, que no está preparado ni formado para afrontarlo y abordarlo.
Debo recordar que, la sexualidad debe tratarse de forma afectiva, que se habla con la autoestima, de los afectos y del placer dentro de la igualdad de hombres y mujeres, que el respeto y los valores se deben tratar y diferenciar de forma clara y concisa, no deben existir relaciones sexuales embarazosas.
La educación afectivo-saexual se debe ver definida con una actividad pedagógica, controlada socialmente y por expertos en la materia, no se debe asaltar de esta forma y luego silenciar los hechos delitos sexuales como nos convenga, porque esto es seguir desprotegiendo a la propia mujer que es la mayor indefensa.
No solo se trata de que pueda interponer una denuncia más fácilmente, se trata de que un agresor sexual sea tratado por el propio delito, de que no pueda volver a reincidir en el hecho y de que se pueda hacer un seguimiento posterior para que no cometa más delitos sexuales ni de ningún tipo.
Por lo tanto, seguirán creciendo las excarcelaciones y el temor entre la sociedad por las agresiones en grupo, por las agresiones por parte de depredadores sexuales que quedan en libertad antes de tiempo y estos se ven beneficiados por la propia ley que anteriormente los llevó a un centro penitenciario para cumplir una condena.
¿Evolución o involución? Hace unos días en una tertulia en un programa de radio, comenté que la vida evoluciona pero que el sistema tal y como se está estableciendo en muchos casos, lo que está logrando es dar pasos atrás por no tratar con expertos suficientes para elaborar leyes con el sentido que requieren y con la evolución del propio delito, en el que se trata de prevenir y abordar para que descienda y no crezca, la evidencia del crecimiento está ahí.