¿Porqué nos desprecian tanto?. Me preguntaba un policía nacional ésta misma semana, y aunque un servidor no encuentre respuestas para todo en ésta vida, concretamente para su chocante pregunta si la tuve y se la pude dar.
Bajo mi humilde punto de vista, le respondí que les odian porque les resultan molestos al hacer excelentemente su trabajo y porque representan los principios y valores que aquellos que les vilipendian se empeñan en pisotear. Es el precio a pagar por luchar contra el terrorismo, la corrupción, y demás delincuencia organizada.
Está claro que en la vida no se le puede caer bien a todo el mundo, y si eres policía mucho menos.
Partiendo de los medios dotacionales, los sueldos más elevados, la calificación de personal de riesgo y terminando con un larguísimo etcétera de mimos y cuidados, el trato de favor de las instituciones gubernamentales nacionales con respecto a las policías autonómicas y locales es llamativo si lo comparas con el trato dispensado hacia la Policía Nacional o la Guardia Civil. Para éstos siempre quedará la usura y el insulto.
Los partidos políticos independentistas, los separatistas, supremacistas-racistas y filoterroristas tienen muy claro que una de las principales premisas en su agenda política es el ataque directo e indiscriminado contra las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad del Estado. Les odian, les agreden, quieren hacerles desaparecer y en grados más extremos les han matado y parece que pretenden seguir haciéndolo.
A ésta nueva forma de hacer política destructiva contra quien defiende el estado de derecho y la Constitución se suman otros partidos políticos que dicen defender las libertades, los derechos comunes de los ciudadanos y la igualdad entre todos los españoles. Unos partidos políticos que boicotean y niegan minutos de silencio por el asesinato de dos servidores públicos a manos de los narcotraficantes, que desean despenalizar la apología del terrorismo, que minimizan las sanciones y la gravedad de los insultos y ataques a policías y guardias civiles y que votan en contra de la calificación de éstos trabajadores como profesionales de riesgo.
Mucho les deben de odiar como para no tener la mínima consideración con unas familias a las que les han arrebatado de una manera cruel a sus seres queridos en acto de servicio. La prioridad está clara, las condolencias para los etarras, las investigaciones y los consejos de ministros urgentes para investigar una supuesta agresión homófoba falsa como pasó con el “Bulo del culo”, dejar de lado el funeral de quienes dieron su vida por España e ir apresuradamente festivales de cine repletos de actores y bailarínes que sí son calificados como profesionales de riesgo.
Solamente en un país como España se da la paradoja de que los mismos que coquetean con terroristas, que halagan a un prófugo de la justicia encasuado por dar un golpe de estado, desprecien a quienes les defienden incluso dando su vida. Fiel reflejo de la decadencia institucional y de una sociedad podrida a todos los niveles.
¿Por qué les odian? Es fácil, en fondo les tienen envidia, pues policías y guardias civiles no se venden ni por sillones, ni por monedas de plata dignas de los más infames traidores.
Mientras los asesinados sean policías nacionales o guardias civiles nada cambiará… Si fuesen otros los muertos la película sería de otra manera y reivindicados en los GOYAS.
La infamia tiene cara, y saldrá muy cara.
Firmado: “El Patrullero”