En enero de 2024 se cumplirá 200 años del aniversario de la Policía Nacional, un acto de reconocimiento de servicio, dignidad y entrega de los agentes a una única obligación cumplir y hacer cumplir la Ley, aquello por los que muchos dieron su vida.
En estos momentos convulsos y en unas circunstancias extremadamente difíciles, los policías nacionales merecen todo nuestro respaldo y respeto. Cuando aquellos partidos nacidos de forma rápida en circunstancias duras para nuestra nación precisaban de su apoyo para llegar a parlamentos o ayuntamientos, se ponían a su lado para la defensa interesada de los derechos. Un momento histórico en el que pasaban a ser los defensores de la unidad de España, los garantes de la Constitución o esa barrera que paraba las agresiones de izquierdas en Vallecas. Una bandera que enarbolaban guionizada y tenía fecha de caducidad.
Nos dirigimos hacia esos policías nacionales, quienes en los últimos días han sido objetivo de insidias, insultos, enfrentamientos y hasta estar auditados por alguno que “observador internacional se creyera” llegando a plantar cara a grandes profesionales de reconocido prestigio a nivel mundial. Individuos con total y absoluto desconocimiento de intervención policial que desautoriza el protocolo de actuación en una zona de disturbios. Eso sí, bien filmado para caldear las redes sociales… Todo un esperpéntico show exclusivamente montado para tergiversar la opinión pública boicoteando el honor y prestigio de su trabajo y reputación. Hechos inauditos que se merecen la total y más absoluta repulsa de por parte de unidades sindicales, de partidos políticos democráticos, de las instituciones y del pueblo español.
Se debe mandar un mensaje claro a la ciudadanía: la Policía Nacional cumple escrupulosamente protocolos policiales, el ordenamiento jurídico y la Constitución, sin estar sometida sus agentes a ninguna orden política.
La Policía Nacional es de todos, sin colores, ni etiquetas. Es de cada hombre y mujer que conforma la institución, porque con su esfuerzo la construís cada día, pero también es del conjunto de la ciudadanía, y por eso entre todos debemos protegerla y no permitir que sea manchada con tantas insidias y ofensas.
Los policías nacionales tienen que sentirse orgullosos y demostrar su sentido de honorabilidad, prestigio y profesionalidad diariamente, pero siempre muy responsabilizados de seguir haciendo un trabajo profesional, teniendo un único valor firme en el horizonte, el principio al que os debéis a la defensa de la Constitución y a la garantía del Estado de Derecho.
Pues siento disentir. De siempre he sido una ferviente, fiel y leal admiradora de todas las fuerzas de orden y seguridad de España, yo paraba a policías y guardias civiles x la calle para agradecerles todo cuanto hacían x la ciudadanía, para asegurarles q no estaban solos, que como yo, había miles de personas q les agradecían, les admiraban, les respetaban y les querían. Ahora no. He visto a policías ir detrás de personas mayores inermes y pacíficas blandiendo sus porras. Cuando creo q esa policía debería situarse al lado de la ciudadanía, resulta que tal parecen los policías del régimen. Qué desencanto y desilusión.