A nadie se le escapa que desde que el presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, decretara el estado de alarma el pasado 14 de marzo, la implicación y el esfuerzo para contener el avance del coronavirus por parte de los diferentes cuerpos policiales ha sido encomiable.
Después de poco más de un mes del confinamiento de la sociedad, nuestras fuerzas y cuerpos de seguridad han trabajado a destajo, muchas veces sin medios de protección adecuados, para salvaguardar a la población de una pandemia devastadora y velar por su bienestar.
En esta batalla, la intervención de las policías locales ha sido fundamental. Junto con el resto de fuerzas y cuerpos de seguridad, han llevado a cabo servicios de gran mérito, asiduos controles de vías, identificaciones, detenciones, servicios asistenciales…
En este sentido, cabe una especial mención al esfuerzo titánico realizado por aquellos agentes pertenecientes a pequeños municipios con escasos recursos, donde vienen realizando jornadas maratonianas para dar una respuesta eficaz a los vecinos.
De hecho, el peso específico de la Policía Local en el control de la pandemia queda refrendado en los datos oficiales publicados en el portal web del Ministerio del Interior. Prueba de ello son las más de 240 mil propuestas para sanción por incumplimiento de la cuarentena o las 1.767 detenciones practicadas hasta el momento, por desobediencias más gravosas al real decreto.
Con repercusión mediática o no, la población reconoce sobradamente la implicación e importancia de la Policía Local en la lucha contra el COVID-19, y los riesgos a los que se exponen sus agentes. Cabe recordar, que hasta la fecha, ya han perdido la vida por coronavirus dos policías locales, Juan Sánchez, de 58 años; y, hoy mismo, Juan Pedro Pérez, de 50 años, ambos pertenecientes a la Policía Municipal de Madrid.