El conflicto entre Rusia y Ucrania está sacudiendo Europa y la comunidad internacional. El clima bélico se hace cada vez más turbio mientras que las reacciones se reducen al anuncio de sanciones y la insistencia de EEUU a imponer decisiones más contundentes. En torno a este revuelo armamentístico ha surgido una nueva polémica… ¿Podría Europa plantearse el cierre de Telegram en este paquete de medidas?
Telegram se ha expandido en Europa y ya hay pronósticos que auguran que se convertirá en la futura app de mensajería que releve a WhatsApp de este particular “Juego de Tronos”. La conocida plataforma se sitúa bajo el control del gobierno ruso por parte de muchos usuarios. Los mismos que se cuestionan ahora si Europa podría decretar su cierre como medida de presión. La razón a esta polémica se basa en un posible sabotaje europeo contra la aplicación para neutralizar la capacidad de Rusia a obtener información que le llevaría a tomar ventaja ante un inminente conflicto armado así como también “castigar económicamente” sus ingresos.
Uno de los factores que ha podido alentar este debate son las noticias sobre un posible cierre de Telegram por parte de Alemania. Una advertencia lanzada por su ministra del Interior a mediados de enero pero cuya razón no tiene nada que ver con el conflicto en Ucrania sino con la presión que proviene de Berlín en cuanto a las exigencias hacia la aplicación por no “intervenir” los contenidos relacionados con grupos de extrema derecha o amparar a usuarios que se oponen a las restricciones relacionadas con la pandemia. Asimismo, desde Alemania se han iniciado gestiones con sus socios de la Unión Europea para regular Telegram.
En cuanto a un posible cierre de la app habría que tener en cuenta en cierto modo la “rentabilidad” de esta medida partiendo del supuesto que Rusia pudiese descodificar la información cifrada para interés propio o labores de espionaje. Y es que en cuanto a números, WhatsApp superó la barrera de los 2.000 millones de usuarios activos mensuales en 2020. Sin embargo, Telegram alcanzó los 500 millones de usuarios enero de 2021. Exactamente, no hay fuentes oficiales que precisen el número de usuarios de forma actualizada, pero es evidente que WhatsApp tiene mucha ventaja todavía a nivel mundial y el cierre de su adversario no daría más que ventajas a la aplicación que forma parte del conglomerado estadounidense Meta Platforms, Inc.
Por otro lugar, hay que decir que el fundador de Telegram, el desarrollador Pável Dúrov, es rusos sí pero ni el ni su hermano guardan muy buena relación con el Kremlin que digamos. Lanzaron la aplicación en 2013 y hace años que se han “autoexiliado” para continuar desarrollando su actividad en Dubái, Emiratos Árabes. Un país, por cierto, que se considera uno de los mejores aliados antiterroristas de Estados Unidos y donde los americanos tienen hasta tres bases militares. Además, la organización matriz, Telegram FZ-LLC, se registró oficialmente en Reino Unido el 21 de febrero de 2014 fijando su base legal en Londres aunque posteriormente se diversificó en Estados Unidos, Alemania y también a Rusia donde surgieron nuevamente discrepancias.
La cuestión es que Telegram y Rusia nunca se han llevado bien. En 2017, el gobierno ruso, amparándose en la lucha anti-terrorista, exigió el derecho a ejercer cierta “vigilancia” sobre la app y ese mismo año una jueza de Moscú condenó a Telegram a pagar una multa de 800.000 rublos por negarse a revelar información a la FSB, el Servicio Federal de Seguridad de la Federación Rusa. En 2018, la tensión llegó a tal punto que el gobierno ruso impuso la prohibición de la app en todo el país, algo que no llegó a cuajar del todo y que se solventó con el paso del tiempo llegando a cierto acuerdo con la compañía. Hoy por hoy, siguen s
Actualmente en Rusia se utiliza Telegram siendo la app de mensajería más usada en todo el país, pero también WhatsApp y su alternativa Viber que es una aplicación de origen israelí que fue adquirida por la empresa Rakuten conocida como el “Amazon japonés”.
También hay que tener en cuenta que Telegram se ha convertido en una vía de difusión de la propaganda de los grupos terroristas islamistas y que a través de un sistema vinculado con Europol, la empresa cumple regularmente con las peticiones de borrado. Además, la aplicación también elimina por iniciativa propia contenidos de los grupos yihadistas Estado Islámico y de Al Qaeda por lo que contribuye activamente a dificultar la organización y difusión del terrorismo en Europa.
Por estas cuestiones, el daño que podría hacer Europa a Rusia cerrando Telegram es nulo y no se trata más que de posibles rumores o conjeturas. En caso de valorar el posible acceso de información o un bloqueo de servicios de un bando combatiente frente a otro sería más factible adentrarse en el mundo de la ciberguerra.
Más allá de sanciones económicas, un ataque informático bien planificado podría hoy por hoy poner en serio peligro la economía de un frente o la gestión de sus recursos. Recordemos que debido a la tensión en Ucrania, tanto por parte de Europa como por Estados Unidos ya se ha aludido a un posible ataque cibernético dirigido a sus entidades financieras por parte de Rusia. Así mismo, cabe mencionar los hechos ocurridos en 2017 cuando desde la Casa Blanca se culpó a Rusia del devastador ataque cibernético NotPetya, en el que un virus paralizó partes de la infraestructura de Ucrania y tumbó miles de ordenadores en decenas de países.
“Las sanciones no son más que una herramienta más del juego diplomático, la ciberguerra es una realidad de presente que puede decantar los resultados de un futuro inminente”
Autor: Jose Mª Puig | Director comunicación de h50. Miembro FFCCS. Diplomado en comunicación